El reciclaje de inmuebles: los retos de la restauración
Nota del editor: Este contenido se publicó originalmente en la edición 100 empresas de la construcción más grandes de México, de la revista Obras, en su edición de julio de 2019.
Es un edificio de finales de los 60, abandonado en plena plaza Cibeles, en la Ciudad de México. Después del temblor del 85 se reforzó, pero quedó en desuso porque la gente tenía la sensación de que no era seguro. El arquitecto Yoram Cimet, de Cimet Arquitectos, adquirió la propiedad y estudió su estructura durante dos años.
Reconoce que fue más costoso rescatarlo que rehacerlo de cero, pero destaca que "intervenir inmuebles abandonados y volverlos algo productivo les da un valor adicional".
La falta de terrenos en zonas céntricas de las ciudades ha promovido el reciclaje de inmuebles. Aunque es más sustentable que demolerlo y construirlo de cero, recuperar un edificio representa grandes retos.
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El primero de ellos es respetar la conservación de las construcciones catalogadas o que se encuentran en una zona de conservación, señala el arquitecto Gerardo Boué, quien ha realizado varias obras de 'revitalización' en el centro histórico.
Para Salvador Reyes Ríos, fundador y director de Reyes-Ríos + Larraín, los edificios antiguos son portadores de conocimiento y su principal valor es estar hechos con técnicas irrepetibles. La mejor forma de conservarlos es mantenerlos en uso, muchas veces con la creación de un diálogo nuevo: "Construimos una nueva habitabilidad manteniendo la esencia", señala.
En búsqueda de una nueva identidad, Raúl Campeche, arquitecto de Neorestauro, estudio de interiorismo en Puebla, comparte que su modo de trabajo es muy sutil: el edificio se dota de contemporaneidad mientras se conserva la imagen original para mantener su lectura.
Aunque eso supone hacer una investigación histórica del inmueble: entender para qué fue construido, cuáles fueron los métodos constructivos, qué usos ha tenido y qué modificaciones ha sufrido.
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El paso siguiente es hacer un análisis estructural y determinar las condiciones en las que se encuentra, para comprobar la compatibilidad de los sistemas constructivos y evitar que se mezclen sistemas tradicionales, con gran plasticidad (mampostería), con marcos rígidos (concreto y acero).
Sacar rentabilidad
Además de rescatar el edificio en sí, las restauraciones contribuyen a revivir toda una zona urbana, explica Cimet. "Los edificios abandonados son un foco de inseguridad; dan la imagen de que algo falta. Al recuperarlos estamos regresando también un poco más de población a la zona, reactivándola".
Para que el proyecto sea rentable, Boué advierte que "hay que sacarle jugo a cada metro cuadrado: pensar en usos mixtos y aprovechamiento de las azoteas".
Reyes Ríos advierte que uno de los puntos claves es determinar la nueva vocación del edificio. "No todos tienen que convertirse en museos", dice. En cambio, con las modificaciones pertinentes y un análisis integral de factibilidad y rentabilidad, se puede transformar la tipología en algo que se necesite a nivel local.
El arquitecto menciona que deben darse concesiones para mejorar la habitabilidad, como sustracciones para que entre más luz natural, correcciones constructivas y nuevas instalaciones.
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Consejos para restaurar
La arquitecta Mary Carmen Sedeño González recomienda tomar en cuenta estos puntos en una obra de restauración.
» Observar con qué materiales está construido el inmueble y en qué condiciones de deterioro se encuentran.
» Realizar reuniones en obra de manera conjunta entre los profesionistas involucrados en el proyecto de intervención.
» Aunque se tenga un cálculo estructural, en la ejecución se tendrá que observar si es el adecuado o si, por el contrario, deben realizarse modificaciones.
» Respetar, desde el proyecto, los elementos arquitectónicos conforme al código reglamentario del municipio y según las normas del INAH.
» Para que un proyecto no se rechace en ventanilla, deben consultarse los códigos reglamentarios de las distintas instancias de gobierno, que son las que marcan los parámetros para poder proyectar un nuevo uso sobre lo ya existente.