La lujosa mansión, ubicada en Beverly Hills, cuenta con una piscina, espacios comunes de planta abierta, 12 baños y ocho habitaciones que ocupan 9,000 metros cuadrados.
La fotografías de Perry muestran techos altos y estancias espaciosas con candelabros de cristal, mobiliario francés clásico, tonos arenosos y oliva y tapizados del mismo estilo. Las amplias ventanas, que van de piso a techo, están cubiertas con doble cortina que permiten una leve entrada de luz y privacidad u obscuridad total.
El mármol es protagonista de todos los espacios, desde el estudio, en el que se encuentra en tonos rojizos, hasta la cocina, en donde también abunda pero en color blanco. Así como maderas oscuras y muebles cubiertos en cuero.
Como división en espacios abiertos se utilizan arcos que también permiten cambios en la altura e iluminación de los lugares, aunque estos estén conectados.
Uno de los espacios más lujosos de la vivienda es uno de los baños, inspirado en termas romanas. Al centro del lugar se encuentra un jacuzzi circular enmarcado por cuatro columnas blancas estilo entre corintio y toscano con base en madera del mismo tono que las puertas y muebles del sitio. En el techo hay una cúpula de la que cuelga una lámpara de cristal con motivos florales.
Las terrazas son amplias con mobiliario de jardín, rodeadas por balaustradas clásicas de baja estatura, lo que permite admirar la boscosidad de las montañas y algunos edificios de la ciudad, sin sacrificar la necesaria privacidad.