Chiapas, 'tierra fértil' para las minihidroeléctricas
El proyecto hidráulico Chespal, desarrollado en la zona alta de Tapachula y Cacahoatán, es uno de los más avanzados de las 18 minihidroeléctricas, cuya construcción se gestiona en el estado.
Los empresarios se encuentran en el proceso de compra de terrenos para la construcción del desarrollo, que de acuerdo con la Semarnat, incluye tres minihidroeléctricas.
El proyecto enfrenta la resistencia de los habitantes de la zona, dedicados al cultivo de café de altura.
"A la zona alta de Tapachula llegaron, y sin avisar, entraron a hacer pozos profundos de exploración en terrenos que son propiedad privada y ejidales", explica Ranulfo Díaz, representante del poblado de San Francisco.
Daniel Díaz agrega: "nunca dijeron que iban a construir una hidroeléctrica, dijeron que eran ingenieros que hacían trabajos de exploración".
Tras la aprobación, en 2008, de la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, en la entidad, empresarios han presentado ante la Semarnat 18 proyectos para la construcción de presas con una capacidad máxima de producción de 30 MW, catalogadas como minihidroeléctricas.
La dependencia ha aprobado hasta el momento sólo 44% de las solicitudes, el resto las ha devuelto para que el solicitante modifique el proyecto de manera que no tengan un impacto ambiental negativo.
En el país, la mayor cantidad de agua superficial se encuentra en el sur de México, 30% de ella en Chiapas, según el INEGI. Los flujos de al menos unos 50 ríos que existen en la entidad tienen un alto potencial hídrico, debido a las pendientes y las curvas que permiten la producción de energía a través de los procesos de ósmosis, gravedad y presión mecánica.
