El obstáculo intangible
Está por cumplirse un año –en abril– desde que el presidente Enrique Peña Nieto delineara la política que su gobierno seguirá en materia de salud, en tres simples frases: acceso efectivo, calidad en el servicio, y prevención. Hace unas semanas –el pasado 7 de enero– el compromiso presidencial fue ratificado: concretar un "Sistema Universal de Salud que asegure que todos los mexicanos, sin excepción, tengan acceso a servicios eficientes".
Actualmente México cuenta con alrededor de 4,000 hospitales, tanto del sector público como del privado, y aún quedan 35.8 millones de personas que no tienen acceso a estos servicios. En el horizonte actual del país se vislumbran dos fantasmas que amenazan su estabilidad sanitaria: la falta de acceso que aún propicia la muerte por complicaciones del embarazo y otras enfermedades curables, así como el crecimiento de la obesidad. En pocos años se sumará uno más, el envejecimiento poblacional.
De ahí que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomiende a México triplicar su infraestructura hospitalaria y cita como ejemplo el sistema de Asociaciones Público Privadas (APP) de Inglaterra que logró reducir en 17% la carga de salud al Estado.
En las dos pasadas administraciones federales, la necesidad de construir nueva infraestructura hospitalaria fue uno de los principales impulsores para promulgar la Ley de Asociaciones Público Privadas. Los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón apostaron por construir 19 hospitales; sin embargo, en esos 12 años sólo se concretaron siete, con una inversión pública de 7,219 millones de pesos.
El avance –que no fue óptimo, pero tampoco desdeñable– debería de contar con todo el apoyo de los empresarios para dar continuidad a las inversiones privadas; sin embargo, el hecho de que sólo dos de los siete hospitales sean exitosos, mientras los otros siete sufren de ausencia de pacientes, alarma a las constructoras y las empresas dispuestas a invertir en la salud hospitalaria.
¿Qué sucedió? Los obstáculos aparentemente 'simples' como la decisión política de ubicar nosocomios fuera de la zona donde los estudios epidemiológicos señalaban que se necesitaban; la falta de coordinación entre gobiernos y organismos estatales para difundir la existencia de la nueva infraestructura; los proyectos ejecutivos no siempre bien resueltos; y la propia cultura de temor de la gente han impedido que los hospitales registren su mejor desempeño.
Por esta razón, Obras quiso ahondar en este tema, con el fin de aplicar soluciones tempranas a futuras inversiones, que seguramente se anunciarán cuando se decrete el Sistema Universal de Salud. A final de cuentas, es de interés nacional contar con Asociaciones Público Privadas saludables. ¿No lo cree usted así?
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