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Diseñado por el arquitecto japonés Toyo Ito, premio Pritzker 2013, el Museo Internacional Barroco se ha convertido en un icono arquitectónico. Su diseño es una interpretación contemporánea del arte barroco, sin caer en un exceso de ornamentación.

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El edificio consta de dos niveles y 18,000 m2 que dan lugar a 11 salas de exposición, auditorio, sala de conferencias, tienda, restaurant, biblioteca, ludoteca, terrazas y áreas de servicios. En la parte trasera, un cuerpo de agua es el elemento de transición entre el museo y el Parque Metropolitano.

En su construcción se emplearon sistemas prefabricados de muros y losas. Para los muros curvos y con hasta 17º de inclinación se requirieron 701 paneles precolados de concreto blanco fabricados con 65 moldes distintos; mientras que las losas –que cubren claros de hasta 23 m, se necesitaron 670 piezas.

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FOTO: Cortesía Museo Barroco

El recinto alcanza ahorros de hasta 40% de consumo de energía gracias a su sistema de iluminación Digital Addresable Lighting Interface, que controla y regula los niveles de luz de cada lámpara en función de las necesidades reales de los espacio. Este sistema es único en México. 

FOTO: Cortesía Museo Barroco

Esta obra también destaca en su forma de financiamiento, pues se trata de la primera Asociación Pública Privada (APP) en materia cultural, cuya inversión asciende a 1,742 millones de pesos (mdp), de los 500 mdp provienen del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).

Además, de operar como un mecanismo de conservación y difusión del arte barroco, el museo es en sí mismo un atractivo turístico y una infraestructura idónea para actividades artísticas y culturales de calidad.

 

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Obras

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