El muro fronterizo, un proyecto monumental y costoso
Nota del editor: Barzin Mobasher es ingeniero civil y profesor de la Arizona State University en Phoenix. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CIUDAD DE MÉXICO) – Si el presidente Donald Trump logra seguir adelante con la construcción del polémico muro, llevará a cabo uno de los proyectos de construcción más complejos y costosos de la historia de Estados Unidos.
El presupuesto más reciente presentado en un informe interno del Departamento de Seguridad Nacional afirma que el costo sería de 21,600 millones de dólares.
Ante la firme oposición de los demócratas a la propuesta, la Casa Blanca a fin de cuentas no insistió en incluir fondos para el muro en el presupuesto para el año actual, pero ha indicado que solicitará los fondos para el siguiente ciclo fiscal, que comienza el próximo octubre.
Más allá del conocido debate político de quién, cuándo, o cómo se pagaría el muro, los desafíos de construcción e ingeniería relacionados con el proyecto no han sido suficientemente discutidos.
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El primer factor que hay que tener en cuenta es la estructura física del muro. ¿Será una cerca o un muro sólido? ¿Qué tipo de materiales se van a usar, y cuál es su vida útil prevista? Y estas son solo preguntas básicas.
Uno de los desafíos clave será la movilización. Para hablar del proyecto del muro en términos más sencillos, imaginemos que debemos construir un edificio de 40 pisos en una ciudad grande. La construcción de un edificio de ese tamaño representa un proyecto de gran magnitud.
En este ejemplo, suponemos que no hay escasez de trabajadores dispuestos a construir el edificio porque las ciudades grandes tienen muchos recursos disponibles, como plantas de hormigón premezclado, talleres de fabricación de estructuras metálicas y mano de obra calificada.
La construcción del muro fronterizo equivaldría a construir varios edificios de este tipo a lo largo de la ciudad. Esto supone que los equipos de construcción, el lugar de estacionamiento, el depósito de almacenamiento, las herramientas y el inventario de los materiales deberán trasladarse todos los días o cada semana a una nueva ubicación.
Durante la construcción de la presa Hoover, la movilización no representó un gran problema. Los ingenieros construyeron una ciudad entera con viviendas para que los trabajadores descansaran por la noche.
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Como las vías del tren podían usarse para trasladar materiales, trabajadores y provisiones, la construcción del ferrocarril transcontinental tampoco presentó problemas de transporte.
Sin embargo, no podríamos rescatar una característica similar en el proyecto de construcción del muro de Trump: los materiales deberán transportarse largas distancias hasta zonas remotas y bajo condiciones climáticas adversas.
Como es probable que no haya una ciudad cercana con una planta de procesamiento de concreto, la materia prima deberá transportarse por terrenos irregulares, bajo un clima de calor extremo y en zonas áridas que no cuentan con servicios básicos.
Debido al calor excesivo, los trabajadores no se podrán dar el lujo de mezclar el concreto y esperar dos horas antes de colocarlo. Una de las técnicas que se utiliza al trabajar con concreto en altas temperaturas es mezclar hielo en el material para bajar la temperatura de las rocas y del agregado, pero no es muy probable que haya fábricas de hielo en las zonas desiertas de la frontera.
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Una solución posible es prefabricar los paneles del muro en otro lugar. Los camiones de plataforma deberán remolcar los paneles de aproximadamente 7,000 kilos por caminos de tierra para que luego sean colocados con grúas. Será necesario construir carreteras en algunas áreas remotas.
Una vez que se lleve a cabo la planificación y la logística, los trabajadores deberán cavar una zanja de entre 1 y 2 metros de profundidad que podría recorrer hasta 1,600 kilómetros solo para colocar los cimientos y, luego, necesitarán un sistema de anclaje para sujetar firmemente el muro.
Pero antes de colocar los cimientos, deberán utilizar explosivos o maquinaria pesada para derribar gran parte del terreno rocoso en pendientes pronunciadas para luego cavar la zanja. Esto deberá hacerse de forma que la zanja quede casi paralela con la línea fronteriza. Como no es posible utilizar un sistema prefabricado, solo se podrán rellenar los cimientos con concreto fresco.
Una vez construido, el siguiente desafío será el mantenimiento. Si los ingenieros fabrican paneles de acero para el muro, hay que tener en cuenta el costo que implicará evitar la corrosión y la oxidación. Será necesario contar con personal que pinte y mantenga la estructura de forma continua.
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Los rayos UV del sol del sudoeste también afectarán la pintura, así que cualquier proyecto de mantenimiento deberá ser un proceso continuo durante toda la vida útil del muro.
Todos los procesos necesarios para construir el muro de Trump serán costosos, desde la movilización de recursos y la construcción hasta el mantenimiento. El proyecto representa un gran desafío y como dice el dicho: "querer es poder". Pero la pregunta que debemos hacernos es: ¿se trata de una decisión inteligente.