Los efectos del desplome de la inversión en obra pública
La inversión en obra pública tuvo su peor caída de los últimos 20 años en 2017, la tercera caída consecutiva anual, lo que, según los expertos, tendrá consecuencias negativas para la economía en el mediano y largo plazo.
Menos generación de empleos, menor impulso para la construcción privada y para la economía, además de infraestructura menos competitiva para el movimiento de mercancías y personas, son algunos de los efectos.
Al cierre del año pasado, la inversión física del gobierno federal cayó 26.3% frente a 2016. El monto destinado representó 2.6% del PIB, el menor nivel registrado desde 2007 cuando representó 2.8%, refieren datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Esta baja obedece al recorte de gastos presupuestarios que inició la actual administración federal como consecuencia de la caída en los ingresos petroleros y en busca de una consolidación fiscal, explicó José Luis de la Cruz.
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La inversión pública es detonador de la inversión privada en infraestructura, por lo que su disminución tiene efectos en un menor dinamismo en la construcción, y menor generación de empleos en este sector, consideró el director del IDIC.
En el periodo enero-diciembre la actividad de la industria de la construcción cayó 1% frente al mismo periodo de 2016, refieren datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
También afecta el bienestar social, porque ese tipo de inversión se destina al desarrollo de obras como escuelas, hospitales, centros de readaptación social y deportivos, refirió Roberto Soto, director asociado de HR Ratings México.
Al interior del indicador de inversión física, el destino de recursos al abastecimiento de agua potable y alcantarillado fue la caída más pronunciada con 55%, el rubro de educación decreció 49.6% y el dinero que se destina al desarrollo de infraestructura utilizada para el suministro de hidrocarburos cayó 39.8 por ciento.
Una menor competitividad en materia logística internacional también es parte de las consecuencias, porque al haber menos inversión pública existe un menor desarrollo de caminos, carreteras, puentes, puertos y aeropuertos, explicó Enrique Zavala, director de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
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El directivo refirió que es urgente impulsar la infraestructura logística ante la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además de otros nuevos tratados que se firmarán como el Acuerdo Amplío y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP), conocido como TPP11, y que tiene el objetivo de aumentar el comercio entre los países de la región Asia Pacífico.
México ha demostrado ser menos competitivo en materia de logística internacional. En 2016 ocupó la posición 54 en el ránking de logística internacional que realiza el Banco Mundial entre 160 países, esto representó una caída de cuatro posiciones frente a la edición 2014 del ranking. En 2012 México ocupó la posición 47.