Alertan también de crisis de agua y ambiental por plan Santa Lucía
El Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero y otras organizaciones como Agua para Todos y el Sistema de Agua Potable de Tecámac han manifestado preocupación de que la terminal aérea anunciada por el Gobierno entrante en la Base Militar de Santa Lucía desate una futura crisis del agua no solo en la región sino en la Ciudad de México, así como un daño grave al ecosistema de la zona, donde hay 114 especies endémicas y migratorias, principalmente garzas.
José Antonio Lara Duque, coordinador del centro Zeferino Ladrillero, dijo la mañana de este miércoles en entrevista para W Radio que hay incertidumbre entre los vecinos de Santa Lucía, en Zumpango, Estado de México, porque no existe un dictamen ambiental ni un proyecto ejecutivo de la obra.
Aseguró que tampoco representantes del equipo de Andrés Manuel López Obrador se han acercado a los pueblos de la región para informar acerca del plan.
El lunes pasado, el presidente electo anunció la decisión de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, luego de llevarse a cabo una consulta pública en la que se denunciaron fallas en los controles de seguridad y en la que la alternativa de construir el aeropuerto en Santa Lucía resultó elegida por los votantes.
El activista explicó que la región ha venido batallando con la sobreexplotación del agua debido a la implementación hace 10 años de las Ciudades Bicentenario, plan que estimaba la construcción de 1 millón de viviendas, de las cuales se han edificado 350,000.
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Ese plan fue ejecutado con el fin de realizar un reordenamiento territorial en los municipios mexiquenses de Zumpango, Tecámac, Huehuetoca, Almoloya de Juárez, Jilotepec y Atlacomulco. Contemplaba crear vivienda, servicios y empleos con el objetivo de que esas localidades fueran autosustentables. Hoy esas localidades tienen problemas de agua, movilidad y viviendas abandonadas.
Sobrexplotación de agua y garzas, en vez de patos
Bajo ese escenario, dijo Lara Duque, hoy la subcuenca hidrológica donde se ubica Santa Lucía, la Cuatitlán-Pachuca, presenta un 500% de sobreexplotación. Ese porcentaje en la de Texcoco es de cerca de 800 por ciento. Ambas subcuencas, junto a otras, integran la cuenca del Valle de México.
"Evidentemente no solucionas", el tema de la crisis del agua llevando el nuevo aeropuerto de Texcoco a Santa Lucía, advirtió.
"Imaginemos un sartén que está caliente. Pones el dedo en alguna parte del sartén y te va a quemar. Y lo que están diciendo es: 'aquí en T excoco es inviable; cambiemos el dedo a otra parte del sartén', pero sigue estando caliente porque es la misma cuenca", explicó.
Una de las razones que los grupos ecológicos esgrimen en contra del NAIM en Texcoco es la eliminación del lago artificial Nabor Carrillo, pues sus aves representan un riesgo para los vuelos de la nueva terminal, ubicada a solo ocho kilómetros de distancia.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto negó que el lago fuera a desparecer; en su lugar, dijo, sería una laguna de regulación, que tendría agua solo en temporada de lluvias, y además se construirían otras lagunas en la zona para reubicar a las aves.
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Los defensores del antiguo Lago de Texcoco afirman también que rescatar este cuerpo representa una oportunidad para resolver la crisis del agua en la Ciudad de México.
El activista detalló además que de acuerdo con voces especializadas, en esta área están presentes 114 especies endémicas y migratorias de aves, que suman 260,000 ejemplares, y son esencialmente garzas, dada la cercanía con el lago de Zumpango.
Esta especie, por su capacidad de vuelo, es mucho más riesgosa para una terminal aérea que los patos, los cuales integran principalmente el conjunto de las aves migratorias del lago Nabor Carrillo en Texcoco.
Exigen consulta, pero a pueblos originarios
Por otra parte, Lara Duque hizo énfasis en que los pueblos originarios de Tecámac y Zumpango -que son "entre 20 a 40"- mantienen ciertas instituciones tradicionales y, en ese sentido, aclaró, administran el agua de forma autónoma.
Por ello, exigen una consulta libre e informada, pero no como la que se hizo en los pasados días para decidir el futuro del NAIM. "La consulta que el Estado mexicano está obligado a realizar es la que contempla el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo", dirigida a pueblos originarios, indígenas o equiparables, explicó.
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Equipo de AMLO admite que no hay estudio ambiental
El equipo de López Obrador ha admitido que no se ha hecho un estudio de impacto ambiental porque no se sabía si el proyecto se realizaría.
En septiembre, Fernando Córdova, doctor en Ecología por la Universidad Nacional Autónoma de México, quien formó parte del equipo organizador de la consulta pública sobre el NAIM y defiende el rescate del lago Nabor Carrillo, admitió en entrevista con Obras que se desconocía el impacto ecológico de la obra en Santa Lucía.
El martes pasado, Javier Jiménez Espriú, admitió el mismo escenario en una entrevista en radio.