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Los constructores en México desdeñan los seguros para sus obras

Sólo 10% de las obras que no requieren acreditar la contratación de una póliza se protegen.
vie 15 noviembre 2019 02:54 PM
artz pedregal
El costo de una póliza para una obra depende de varios factores, pero, en promedio, corresponde al 10% del valor del proyecto que se asegura.

Nota del editor: Este contenido se publicó originalmente en la edición Inmovilidad, ¿oportunidad o riesgo? de la revista Obras, correspondiente a octubre de 2019.

El impacto económico de un siniestro dentro de la obra se puede triplicar y afectar, severamente, la estabilidad de las empresas constructoras, si éstas no cuentan con el seguro adecuado. No obstante este riesgo, Arturo González Briseño, responsable de Suscripción de Daños de Axa Seguros, explica en entrevista que los constructores se arriesgan porque creen que ellos lo pueden subsanar.

“En cuestión de materiales es cierto que pueden manejar los mejores precios del mercado, pero si el siniestro es en daños a terceras personas, el impacto puede duplicar o triplicar la inversión realizada”, comenta el experto.

Por ejemplo, Édgar Tinoco, responsable de Suscripción Empresarial de Mapfre, explica que en el desarrollo de la obra se pueden afectar colindancias o personas cercanas a los trabajos, que son cubiertos por un seguro de responsabilidad civil.

Pese a lo desproporcionado del riesgo, en el país sólo se adquieren seguros porque así lo exige el contrato o es un requisito de las instituciones que financian la obra. “Cuando no hay apoyo de una entidad financiera solamente 10% de los proyectos se aseguran. Es un porcentaje muy bajo”, lamenta González Briseño.

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El costo de la póliza depende de varios factores, pero, en promedio, corresponde al 10% del valor del proyecto que se asegura.

“Por una inversión de 50 millones de pesos, estaríamos cobrando aproximadamente 50,000 pesos más IVA, el costo no es oneroso”, añade el directivo de Axa Seguros.

Los riesgos asociados a la construcción están relacionados con los trabajos, como errores en la mano de obra, algún defecto en los materiales o desastres naturales, como sismos, huracanes, inundaciones o hasta problemas sociales que causen daños a la obra.

Tinoco, de Mapfre, explica que las coberturas se pueden contratar por obra o de manera anual. En el caso de los seguros por obra, éstos cubren la duración de los trabajos y un periodo de descubrimientos, plazo después de concluida la obra en el que se puede detectar algún daño. En el caso de las pólizas anuales, éstas cubren todos los proyectos de las empresas.

Más información: Lanzan el primer seguro de riesgos para plantas solares en México

De acuerdo con González Briseño, de Axa Seguros, un nicho que está descuidado por las aseguradoras es el de las remodelaciones, porque no siempre intervienen los contratistas tradicionales.

Los nuevos riesgos

Además de los seguros tradicionales de obra civil, montaje y todos los riesgos, también hay productos innovadores, como la responsabilidad civil profesional.

Tinoco, de Mapfre, detalla que la cobertura de responsabilidad civil profesional ampara los daños ocasionados por el desarrollo intelectual de arquitectos e ingenieros.

“Recientemente se ha visto un incremento en la solicitud de este tipo de seguros. Después del sismo de 2017, hubo muchas responsabilidades por la revisión y validación de las estructuras, entonces, muchos directores de obra, arquitectos o ingenieros tenían que asumir responsabilidades por el visto bueno dado a un inmueble que después se dañó”, relata el especialista.

Un seguro como éste permitiría a los profesionistas afrontar siniestros como el de la Plaza Artz Pedregal, en la Ciudad de México, que tuvo un derrumbe parcial porque las trabes de acero fueron insuficientes para las cargas muertas y vivas del inmueble, según los peritajes.

Lee también: Una firma estructurista de Artz Pedregal fue vinculada a proceso

Las coberturas

Obra civil. El seguro de obra civil, el más utilizado, cubre los trabajos ejecutados para la construcción de la obra, incluyendo todos los materiales y aprovisionamientos que sean necesarios, así como los aparatos y equipos requeridos en el funcionamiento de la obra hasta su terminación.
Si el asegurado así lo requiere, puede ampliar la cobertura de daños materiales para incluir el montaje de maquinaria, instalaciones auxiliares, etcétera.

Maquinaria. El seguro de montaje protege, en su cobertura básica, la maquinaria de riesgos, como errores durante el montaje, impericia, sabotaje por parte de empleados del asegurado, caída de partes y robo con violencia y destrucción como consecuencia de intento de robo, incendio, rayo o explosión, entre otros riesgos. Entre las coberturas adicionales está la responsabilidad civil por lesiones o muerte causadas a personas ajenas a la obra.

Todo riesgo. Se trata de una cobertura amplia que ampara riesgos convencionales, como robo, incendio, explosión, choque de vehículo; riesgos de fuerza mayor en la naturaleza, como heladas, huracanes, inundaciones y sismos; y riesgos inherentes a la actividad, como errores de construcción y mano de obra defectuosa. Además, admite garantías opcionales, como error de diseño, demolición, periodo de mantenimiento y reposición de planos, entre otras.

¿Cómo se determina el costo de la póliza?

Arturo González Briseño, de Axa Seguros, detalla la información básica que se analiza para definir la solución ideal para el cliente:

» Presupuesto de la obra.
» Cronograma de trabajo.
» Memoria descriptivan del proyecto.
» Estudio de suelos.
» Partes involucradas en el proyecto: proyectista, inversionista, contratista, subcontratista, etcétera.
» Información sobre los contratistas para determinar exposición y siniestralidad.
» Riesgo reputacional.

¿Qué aspectos cuidar al momento de contratar?

Édgar Tinoco, de Mapfre, formula algunas recomendaciones para elegir la mejor cobertura: » Conocer cuáles son las condiciones de aseguramiento que establece su contrato de obra. » Identificar los riesgos para encontrar un esquema apropiado a la naturaleza del proyecto.

» Prestar especial atención al deducible, que no suponga un riesgo para el patrimonio. El deducible ideal es aquel que se puede cubrir más allá de la pérdida patrimonial.

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