TransCanada detiene la obra de dos gasoductos en México
CIUDAD DE MÉXICO. Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, filial de TransCanada, confirmó a Obras que sus trabajos en el gasoducto Tuxpan-Tula y Tula-Villa de Reyes están detenidos y en Puebla “nuestros trabajos se encuentran esperando a que Sener (Secretaría de Energía) concluya las consultas indígenas respectivas a lo largo de zonas específicas de la ruta”.
"Hemos detenido nuestros trabajos en los gasoductos Tuxpan–Tula y Villa de Reyes en el estado de Hidalgo", confirmó en un correo electrónico TransCanada México. Y explicó de forma sucinta: “Dadas las circunstancias que prevalecen en el estado de Hidalgo, nuestros proyectos han excedido de manera conjunta nuestro tiempo estimado de construcción por más de 56 meses, así como los costos asociados con estas demoras”.
Agregó que su trabajo continua en ambos proyectos en otras zonas, "mientras evaluamos nuestras opciones con respecto a la ruta actual en el estado de Hidalgo".
La madrugada del martes se difundió la noticia de que los gasoductos Tuxpan-Tula y Tula–Villa de Reyes habían sido cancelados por presuntas extorsiones de parte de los pobladores que atentaron contra la viabilidad del proyecto. La firma no corroboró esta versión.
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El gasoducto Tuxpan-Tula, que daría continuidad al gasoducto Texas-Tuxpan -uno de los proyectos más relevantes que actualmente se realizan-, se origina en Veracruz y se extiende hasta el municipio de Tula, Hidalgo, pasando además por Puebla y el Estado de México.
Veracruz, Puebla e Hidalgo están entre las entidades con 40% o más porcentaje de población indígena del país, según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
De acuerdo con la Secretaría de Energía, el paso del gasoducto afectaría a 15 comunidades indígenas, y solo esas serían las titulares de la correspondiente consulta que contemplan las leyes de Hidrocarburos y de la Industria Eléctrica, al amparo de la Constitución.
Se contempla que el ducto Tuxpan-Tula sea de 260 km, con un diámetro de 36" y una capacidad aproximada de 900 millones de pies cúbicos diarios (mpcd) de gas natural. La fecha estimada de inicio de operación comercial era el 31 de diciembre del 2017.
En noviembre de 2015, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) adjudicó a TransCanada el contrato para construir, poseer y operar el gasoducto Tuxpan–Tula por 25 años. Entonces se habló de una inversión probable de 500 millones de dólares ( mdd).
En un principio se estimó que el gasoducto entraría en operación en el último trimestre de 2017, pero diversas comunidades han interpuesto amparos argumentando afectaciones en los últimos tres años.
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Tres proyectos energéticos frenados hasta ahora
Desde la implementación de la reforma energética, la consulta indígena ha frenado proyectos (al menos tres en 2017), aunque se desconoce el número exacto porque las consultas no son públicas. Actualmente se están llevando a cabo consultas de este tipo con obras energéticas en Yucatán, Sonora, Oaxaca y Chiapas. Alrededor de 40 proyectos han presentado conflictos sociales de algún tipo desde que empezaron las licitaciones, algunos de los cuales ya han sido resueltos, según datos de GMI del año pasado.
Uno de los casos públicos en 2017, fue el gasoducto Guaymas- El Oro, que construía IEnova con una inversión estimada en 1,000 millones de dólares. Ocho pueblos yaquis donde viven 35,000 personas exigieron su derecho a ser consultados y la Sener se los concedió.
Después de la consulta indígena con los yaquis, se concluyó que siete de las comunidades daban su consentimiento para que la obra siguiera su curso, pero el municipio de Bácum no dio su brazo a torcer, argumentando que el proyecto causaba deforestación, daños materiales a casas, afectaciones sociales y culturales, entre otros perjuicios. La empresa no paró la obra, pero ésta fue el blanco de enfrentamientos y protestas.
De acuerdo con las leyes mencionadas, las autoridades están obligadas a consultar a los pueblos antes de la expedición de un permiso para una obra que les afecte, y las empresas involucradas tienen a su vez la obligación de dar al pueblo toda la información sobre los alcances, posibles daños, afectaciones y actores que estarán involucrados en la obra, ha explicado a Obras el jurista Rodrigo Gutiérrez Rivas en casos similares.
El ducto de Tuxpan-Tula proveería de gas natural a las centrales generadoras de electricidad de ciclo combinado en Veracruz, Puebla e Hidalgo al igual que a las regiones Centro y Occidente del país, y abastecería "también a nuevas plantas de generación de electricidad y a aquellas que actualmente operan con combustóleo y que serán convertidas para usar gas natural como combustible base", se lee en distintos comunicados de la filial de TransCanada.
El gasoducto Tuxpan-Tula también complementaría el negocio de TransCanada en México, donde posee y opera los sistemas de ductos de Tamazunchale y Guadalajara. El de Topolobampo fue inaugurado en julio pasado y provee la interconexión que abastece al gasoducto Mazatlán.
Al finalizar este, la firma esperaba contar con cinco sistemas importantes de gasoductos con una inversión de aproximadamente 3,000 mdd y planeaba seguir "buscando oportunidades adicionales para nuevos proyectos de infraestructura energética en México en el futuro".
La presencia de TransCanada en México data de mediados de la década de los 90s, cuando construyó dos de los primeros ductos privados en el país. Los gasoductos de TransCanada, ya sea en operación o en construcción, representan más de 3,190 kilómetros con una capacidad de 7,100 millones de pies cúbicos por día y una inversión aproximada de 5,600 mdd (109,200 millones de pesos).
Con información de Anasella Acosta