El ingeniero agrónomo que 'pilotea' la construcción de Santa Lucía

El empresario está a cargo del aeropuerto de Santa Lucía y tiene un gran reto: recuperar la confianza de los inversionistas.
Samaniego fue consultor para el InterAmerican Bank de Nuevo México, en Estados Unidos, y director de Crédito del Banco Nacional de Comercio Interior.

Nota del editor: Este contenido se publicó originalmente en la edición Carreteras Imposibles de la revista Obras, correspondiente a mayo de 2019.

CIUDAD DE MÉXICO. Sergio Samaniego Huerta tiene un reto: recuperar la confianza de los inversionistas para construir el aeropuerto de Santa Lucía. En noviembre de 2015, el ingeniero agrónomo presentó, junto al empresario José María Riobó, un proyecto alternativo de aeropuerto en la base aérea militar de Santa Lucía, con construcción de 30 meses y una inversión de 69,000 millones de pesos.

Tres años después, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, lo designó como el encargado del nuevo proyecto aeroportuario. Samaniego ha construido su carrera como consultor para el InterAmerican Bank de Nuevo México, en Estados Unidos, y director de Crédito del Banco Nacional de Comercio Interior; quien además es coautor del libro Sistema aeroportuario del Valle de México.

Qué dicen

Por el aspecto técnico del proyecto, Eduardo Ramírez Leal, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), refiere que todos los retos de ingeniería “son salvables”, en el sentido de que el proyecto es factible. Sin embargo, hace falta una amplia evaluación ambiental, de mecánica de suelos y aeronáutica para probar si en verdad es viable.

La polémica

Sin embargo, Ramírez Leal muestra su inconformidad con las adjudicaciones directas en el proyecto y con que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se encargue de su construcción. “Debe haber más participación de constructoras nacionales, no solo en este proyecto, sino en todos”, añadió.

La expectativa

Gustavo Mendoza, asociado del área financiera de Infraestructura del despacho Santamarina + Steta, considera que la aceptación de Samaniego dependerá del modelo financiero que presente a los inversionistas.

“Ellos se fijarán en la posibilidad de repago y los flujos que se tienen planeados en el futuro. Sobre todo, la certidumbre de que el proyecto se va a construir conforme se ha planeado”. Para ello, es clave que Samaniego genere más transparencia y comunicación, advierte.