Cómo ser 'dueño' de una carretera con una inversión accesible
Nota del editor: Este contenido se publicó originalmente en el suplemento de Expansión, Valor inmobiliario, correspondiente a la edición Primavera 2019.
CIUDAD DE MÉXICO. Arturo Amezcua, médico de profesión, es 'dueño' de la autopista México-Toluca porque posee títulos de Fibra Vía (FVÍA16), el primer fideicomiso de inversión en infraestructura y energía (Fibra E), que en su debút en el mercado de valores en septiembre de 2016 colocó 11,835 millones de pesos (mdp). Cada título se vendió en 30.20 pesos.
Así, con una inversión de 30,200 pesos, Amezcua adquirió desde entonces 1,000 Certificados Bursátiles Fiduciarios de Inversión en Energía e Infraestructura (CBFE) de voto limitado. Al tratarse de una persona física, la transacción se realiza por medio de un intermediario, es decir, una casa de bolsa y el mínimo de compra requerido es de 100 títulos, es decir, una inversión mínima de 3,020 pesos.
Amezcua explica que es una inversión de largo plazo, pero que de manera trimestral recibe 95% de las utilidades. "La rentabilidad está en las utilidades que distribuye el Fibra E, no en la venta de los títulos, pues del precio inicial a la cotización actual habría una pérdida", explica el médico Amezcua. En referencia a que al 12 de abril de 2019 se cotizaba en 29 pesos cada título de FVÍA16.
En el cuarto trimestre de 2018, última información disponible, la utilidad neta de Fibra Vía fue de 330.9 mdp, 38% mayor al mismo periodo de 2017.
Además, "son un instrumento idóneo para su participación en el capital de activos consolidados, cuyos rendimiento sean predecibles y estables en el tiempo, mediante el pago de dividendos", señala el reporte del cuarto trimestre de 2018 de Fibra Vía.
Recomendamos: Guía para invertir en inmuebles industriales
La idoneidad de las Fibras E como inversión depende de su cartera de infraestructura. Por ejemplo, el principal activo de Fibra Vía es la autopista México-Toluca, concesionada hasta 2049 y que capta entre 30 y 50% de la demanda de la ruta entre la capital del país y la capital del Estado de México.
Los concesionarios que integran Fibra Vía, tienen el derecho a obtener un rendimiento real anual de 12% sobre su inversión con cargo a las cuotas de peaje, que desde febrero de 2019 asciende a 140 pesos por los dos tramos.
Al cierre de 2018, la cartera de infraestructura vial de este fideicomiso comprende 618 kilometros. Su más reciente activo es el tramo carretero Autopista Morelia-Pátzcuaro-Uruapan-Lázaro Cárdenas, adquirido por 10,000 mdp en diciembre de 2018.
Además de Fibra Vía, otros dos Fibras E permanecen listados en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), después de la liquidación de Fibra NAIM como consecuencia de la cancelación de las obras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
Otra opción para invertir en carreteras es por medio de Fibra Infraex (INFRAEX18), cuyo portafolio se integra por dos cárceles federales ubicadas en Michoacán y Durango y un paquete d 23.8 kilómetros de vialidades en el Estado de México, que administran bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) hasta 2031.
También te puede interesar: 10 tendencias en infraestructura en 2019
Lanzada al mercado de valores en junio de 2018, este instrumento ya ha realizado dos distribuciones de dividendos a los tenedores de sus acciones. En diciembre de 2018, una distribución extraordinaria de 141.8 mdp entre 472.6 millones de títulos; la segunda, en marzo de 2019, por 245.8 mdp esto es 0.52 pesos por CBFE."
Las distribuciones se han efectuado con la finalidad de "no mantener flujo inactivo en las cuentas del fideicomiso", señaló Juan Pablo Márquez Vargas, responsable de la Relación con Inversionistas en su comunicado de evento relevante a la BMV.
Infraex inició sus operaciones en el mercado de capitales con una colocación de 6,13 mdp y un precio por papel de 18.50 pesos.
Un instrumento atractivo
De acuerdo con Juan Alberto Torres, socio de Impuestos Corporativos especialista en Electricidad y Servicios Públicos de KPMG en México, los vehículos de inversión como la Fibra E son atractivos tanto para los inversionistas institucionales como para las personas porque deben distribuir al menos una vez al año, a más tardar el 15 de marzo, 95% del resultado y gozan de exenciones fiscales al no ser causantes del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Desde la perspectiva de los inversionistas estos itrumentos se caracterizan por ofrecer rendimientos "predecibles y estables en el tiempo".
La vía de las Afores
La inversión en infraestructura pública también es posible por medio de Certificados de Capital de Desarrollo (CKD) y Certificados Bursátiles Fiduciarios de Proyectos de Inversión (Cerpi).
Los principales destinatarios de estos certificados son los inversionistas institucionales como las Afores. Al cierre de diciembre de 2018, 6.8% de la cartera de los fondos de ahorro para el retiro estaban invertidos en este tipo de activos estructurados.