¿La infraestructura hospitalaria será suficiente para Covid-19?
Aunque la pandemia encuentra un sistema de salud fragmentado, podría ser una oportunidad para fortalecerlo. Mientras tanto, avanza una estrategia de reconversión y habilitación de hospitales.
Hoy inicia la fase 2 (transmisión local) en la transmisión del coronavirus (SARS-CoV-2) en México, uno de los 189 países con contagios del Covid-19. A la fecha, las estadísticas oficiales indican 367 casos confirmados, cifra que se estima podría llegar a 250,000. En el escenario 3 vendrán retos para el sistema, reconoció el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, durante la conferencia matutina del Gobierno Federal.
Aunque la Secretaría de Salud (SSA) señala que alrededor de 80% de los pacientes contagiados podrá recuperarse desde su casa, el resto requerirá servicios de hospitalización, y 10,000 podrían presentar complicaciones y necesitar cuidados de terapia intensiva.
Publicidad
La capacidad hospitalaria en México está en alrededor de 4,630 unidades, de las cuales 70% privadas y 30% públicas. Cerca de 56% de hospitales privados son de hasta 9 camas; solo 96 hospitales tienen 50 camas o más, puntualiza Ignacio García-Téllez, director del Sector Salud en KPMG México.
A nivel nacional, la infraestructura pública dedicada dada a conocer por la institución es de 49,083 camas hospitalarias, 9,071 de urgencias y 2,446 de terapia intensiva. La estrategia federal, en palabras de López-Gatell, será reducir la curva de contagios y tener menos casos de los que se pueden atender en la infraestructura de salud, aunque esto implique alargar el periodo de contingencia.
Aunado a ello, la Secretaría de Marina cuenta con 4,043 camas en centros de aislamiento voluntario y 79 camas para casos graves. Y la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) anuncia una capacidad de 2,523 camas censales y 50 en terapia intensiva, así como 23 cuartos de aislamiento.
En cuanto al esquema de apoyo que brindará Sedena como parte del Plan DN-III-E, existen 1,340 camas en 62 instalaciones hospitalarias para terapia intensiva y 1,730 para hospitalización.
Por su parte, Patrick Devlyn, presidente de la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), anunció en entrevista para Obras que el sector privado hospitalario prepara un plan de reconversión para Covid-19. “Sabemos que el índice de camas de los hospitales privados es mayor y que tiene un nivel de ocupación menor, así que queremos contribuir a ampliar las capacidades de la infraestructura pública.”
Publicidad
Puntos de inflexión
Para Fátima Masse, coordinadora de proyectos en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), uno de los focos de alerta es que se han aplicado pocas pruebas de detección y no existe una certeza de cuántos mexicanos ya hayan contraído la enfermedad. Corea disminuyó los picos de infección gracias a la detección masiva, rememora.
Para lograr mayor detección se podría construir una especie de fast track que habilite a más laboratorios certificados para realizar las pruebas y tener un panorama más realista, opina Masse.
García-Téllez también resalta la importancia del diagnóstico oportuno, por lo que refiere la oportunidad de ampliar la oferta de centros de diagnóstico, ligados entre ellos con un sistema de análisis de datos.
“Cuando contrastamos el número de posibles contagios con el de camas en general y en cuidados intensivos, debemos tomar en cuenta que habrá zonas más saturadas que otras, que no necesariamente será donde están la infraestructura, los médicos y los suministros”, reflexiona Masse.
De acuerdo con la revista New England Journal of Medicine, alrededor de 0.25% de la población contagiada requerirá cuidados en terapia intensiva.
El aislamiento requerido para evitar más contagios intrahospitalarios es otro de los retos. Al respecto, Masse comenta que no hay manera de identificar del total de camas de hospital y de cuidados intensivos, cuáles están separadas.
“tenemos una economía debilitada en México, debemos evitar que la crisis sanitaria se salga de control y provoque un efecto negativo mayor”, sentencia la especialista de IMCO.
Los especialistas entrevistados coinciden en que un foco de alerta en este padecimiento es que afecta más a personas con alguna enfermedad crónico-degenerativa, y el país tiene altos índices de obesidad y diabetes, lo que podría aumentar el margen de letalidad. “La única medida para disminuir los casos de Conavid-19 ante este panorama y la insuficiencia en camas, equipamiento, personal médico y suministros es el aislamiento”, refiere Óscar David Hernández, fundador de la iniciativa México de 10.
Publicidad
Un sistema fragmentado
El sistema hospitalario mexicano está muy fragmentado. Tenemos más de 40 subsistemas de salud descoordinados, uno en cada estado, además de la Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Marina, lo cual ha sido una de las principales barreras para acceder a mejores servicios de salud, analiza Hernández.
Por su parte, Alicia Ruiz, presidenta de la Comisión de Salud en Coparmex CMDX, opina que bajo este esquema se desperdician muchos recursos. Por ello, la OCDE recomienda al país hacer convenios de colaboración entre las distintas instituciones de salud y homologar el nivel de atención.
Sin embargo, es buen momento para empezar a borrar esas diferencias y buscar alianzas entre instituciones, incluido el sector privado.
“Ojalá que esta pandemia sirva para mejorar lo que no pudo hacer en más de dos décadas: que se refleje en el presupuesto y la toma de decisiones a favor del sector salud”, sentencia Masse.
Puede ser un buen momento para aterrizar las reglas de operación del Insabi y aumentar considerablemente el presupuesto de infraestructura. Aunque este año incrementó 40,000 millones de pesos y se adelantará el presupuesto para el segundo trimestre del año, no cambia mucho la realidad mexicana de que menos de 3% del PIB es asignado al gasto en salud.
Países de la OCDE destinan al año al gasto en salud casi 4,000 dólares per cápita, mientras que en México esta cifra es de 1,138, insiste Hernández, quien hace un llamado a trabajar como un solo sector y una sólida rectoría por parte de la Secretaría de Salud.
En México, hay 1.4 camas por cada 1,000 habitantes, en comparación con países como Japón esta cifra llega a 13 camas. Asimismo, mientras que los integrantes de la OCDE tienen en promedio 3.4 médicos por cada 1,000 habitantes, en nuestro país este indicador es de 2.4.