Por lo que comunicaron que las autoridades deben mantener sus ciudades funcionado en cuanto a suministros de alimentos, apoyo a los más vulnerables y acceso a la atención médica, y los instruyó a trabajar con expertos en salud urbana, agencias gubernamentales de todos los niveles, expertos en saneamientos, científicos sociales, innovadores y planificadores urbanos.
ONU-Hábitat considera que es esencial que la coordinación de la respuesta internacional esté descentralizada a las principales áreas urbanas y se ponga más atención en las periferias y zonas vulnerables en donde los servicios básicos no son tan accesibles.
Algunas de las medidas que se pueden adoptar son la ubicación de clínicas móviles, atención médica más cercana a comunidades afectadas y realizar un mapeo de instalaciones de salud para mejorar el acceso a pruebas y tratamiento.
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“Asimismo, facilitar el cuidado en el hogar y la auto cuarentena, participar en el rastreo de la comunidad y prevenir la propagación de la enfermedad, así como llevar a cabo la recopilación de datos”, dijo la organización en un comunicado.
También informó que ONU-Hábitat trabaja con gobiernos de varias ciudades para desarrollar modelos de planificación que puede ayudar a enfrentar este reto.
Los sectores en los que puede brindar asesoría es en derechos de la vivienda, lucha contra desalojos forzosos, desarrollo de políticas, y seguridad de la tenencia, ya que al haber cese de labores algunos trabajadores independientes e informales podrían perder sus ingresos, lo que causaría que las personas abandonaran sus hogares por la incapacidad de pagar el alquiler.
Además, el organismo tiene experiencia en agua y saneamiento, transporte, otros servicios básicos y mejoramiento de barrios marginales.