La factibilidad de los planes
Estados Unidos sí sufre un deterioro en su infraestructura, principalmente en la zona noreste del país, apunta Luis Rubio. Y los proyectos ayudarían a crear demanda de materiales como cemento, acero y madera, lo que fomentaría el empleo; no obstante, su realización no sería sencilla.
“Si tomara la presidencia en enero no se va a encontrar con un país en ceros, sino con un país todavía con el proceso de la pandemia y, por lo tanto, va a haber un conjunto de temas urgentes para cualquier presidente del mundo y también de Estados Unidos durante el 2021 en donde la reactivación económica lejos de un plan tan ambicioso y optimista”, comenta Juan Carlos, también académico de negocios internacionales en la Facultad de Contaduría y Administración en la UNAM.
Los servicios presupuestarios del Congreso estimaron en septiembre que la deuda pública en Estados Unidos superará al Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2021. Para 2020 estima un déficit fiscal de 3.3 billones de dólares, situación que complica este y otros planes de cualquiera que sea el candidato que llegue a la presidencia. La realidad podría convertir a los planes de Biden en sólo promesas de campaña que simpatizan con los votantes que difieren de las ideas de Trump, quien durante su gestión salió del Acuerdo de París sobre el cambio climático, considerando las propuestas de infraestructura sustentable.
Además, el elemento político también complica que los proyectos se hagan realidad. La composición del Congreso de Estados Unidos influirá en la aprobación de proyectos. Si la mayor parte de la Cámara de Representantes y el Senado lo apoyan, pueden ser viables.
“Los llamados progresistas de más izquierda tiene mucho más fuerza y eso va a hacer que las disputas sobre qué gastar, van a ser mucho más grandes y allí hay todo una brecha enorme entre Biden y lo que él representa con lo que representan estos nuevos grupos, no tanto si hay los recursos porque sería aumentar los impuestos esencialmente para eliminar las disminuciones para las personas más ricas y tratando de darles un beneficio a las familias de clase media”, detalla el especialista Luis Rubio.
Por ejemplo, en el caso de transformar los edificios a inmuebles más sustentables, la estrategia podría establecerse a través de incentivos para que las empresas contribuyan, como descuentos de impuestos.
De ganar y llevar a cabo los planes, Joe Biden podría mantener buena relación con los gobernantes de México y Canadá por el entendimiento de esta materia, ya que trata de hacer “malabares” para mantener la compatibilidad discursiva entre políticas verdes e inversión en ferrocarriles y transporte.