Partes de la construcción del Tren Maya están suspendidas por recursos legales concedidos a asociaciones que piden el paro de obras debido a que éstas representan daños irreparables al medio ambiente.
Así se verá el Tren Maya cuando esté en operación
Sin embargo, el gobierno federal continúa con la promesa de que el proyecto sí será inaugurado en menos de dos años. La puesta en marcha está programada para diciembre de 2023.
El plan contempla servicio de turismo, pasajeros locales y traslado de carga, por lo que los trenes tendrán secciones de acuerdo al servicio contratado.
Por ejemplo, los turísticos y de larga distancia tendrán habitaciones para descansar y pasar la noche, así como restaurantes en donde chefs ofrecerán gastronomía típica del sureste del país.
Los trenes usarán diésel y energía eléctrica, ya que de Mérida a Chetumal la vía utilizará electricidad. La velocidad máxima será de 160 kilómetros por hora.
El @TrenMayaMX brindará servicio a turismo, pasajeros locales y traslado de carga. Habrá trenes con restaurante y de larga distancia. Usarán diésel y energía eléctrica para reducir contaminación. Serán modernos, confortables y seguros. Todos se fabrican en México. #SúbeteAlTren pic.twitter.com/mvSwQTSTTb
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) May 29, 2022
El medioambiente
El Tramo 5 del Tran Maya, que está trazado en la península de Quintana Roo, se encuentra en medio de un litigio debido a un amparo interpuesto por la Asociación Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS), que busca detener la construcción del proyecto.
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El proceso se encuentra actualmente en suspensión provisional y se busca saber si se revocará o pasará a ser definitiva, sin embargo, la audiencia incidental fue aplazada hasta el 24 de junio.
Al mismo tiempo, se informó que se aceptó la ampliación a una demanda contra la obra en los Tramos 5, 6 y 7, por haber iniciado obras sin antes contar con la Manifestación de Impacto Ambiental.
Aunque la construcción comenzó en marzo, el gobierno presentó la MIA del tramo 5 en mayo. En ella se explica que, aunque no habrá impactos significativos, hay riesgos severos de hundimientos y afectación fisicoquímica del agua.