A pesar de que falta cada vez menos para que las obras del Tren Maya se terminen, las protestas por su impacto en el medioamiente continúan.
El suelo donde se está desarrollando el Tren Maya es de los más porosos
Las más recientes señalan a un punto del que no se tendría retorno: el daño al suelo. De acuerdo con con el director de la oficina sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Aarón Siller, el terreno de la zona sureste es kárstico y muy poroso lo que exige una serie de estudios específicos en donde se desarrolla el tren.
“Este tipo de suelo es altamente poroso, es como si fuera una esponja, la cual tiene un sinfín de conductos que se interconectan y muchas veces estos conductos tienen grandes dimensiones, es decir cuevas, importantes ríos subterráneos”, agrega el experto. Por lo que debido a sus zonas erosionadas y su alto desarrollo cálcico, es muy frágil y que por sí mismo colapsan.
Los estudios que se realizaron en los diferentes tramos de la obra fueron una copia de una metodología del estado de Kentucky, en donde las características del suelo son totalmente diferentes a la zona sur del país. “El problema fue la precipitación de la construcción, en China hicieron un tren igual en zonas kársticas, que son mucho menos desarrolladas que las de Quintana Roo lo que quiere decir que los conductos no son tan grandes y no son tan porosas y aún así tardaron 10 años en hacer los estudios para crear el tren, se generaron nuevas tecnologías y patente para que el transporte pudiera funcionar con el menor riesgo posible y con el menor impacto ambiental”, dice el entrevistado.
Mientras que en la parte de Quintana Roo y Yucatán hubo cambios de rutas constantes debido a la falta de estudios que eran necesarios para ver el comportamiento del suelo.
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Las problemáticas a las que se enfrentará el Tren Maya
Aarón Siller menciona que además de provocar el colapso de cavernas y cuevas, el tren puede causar desvío de los transportes, provocar desequilibrios graves al ambiente, desequilibrios ecológicos, como por ejemplo, si se llega a derramar un un vagón de combustible de diésel o de gasolina o de lo que vaya a transportar el tren, pues se va a infiltrar en el acuífero, y ya una vez infiltrado se va a distribuir estos contaminantes rápidamente poniendo en riesgo el abasto de agua potable de grandes regiones.
Por otro lado, si llega a haber un colapso en una cueva de un cenote o de alguna estructura kárstica puede ocasionar daños civiles.
Agrega que es importante realizar los estudios adecuados con el tiempo que sea necesario bajo este tipo de suelo que se encuentra rodeado no solo de civilización sino de una gran diversidad ecológica, así como fauna y flora y que si se llega a presentar una falla debido a este proyecto afectará a todo el ecosistema.
Las opciones que se han empleado en el tren
De acuerdo con el experto, para continuar con el proyecto se incorporó el basalto que es un material que ayuda disipar las fuerzas de vibración de los trenes, sin embargo, este método no presenta pruebas de que se realizaron simulaciones o que demuestren que va a ser suficiente para prevenir colapsos de cavernas y cuevas.
“Este material funge como una esponja o como un amortiguador que ayudará distribuir las vibraciones y evitar un colapso”, agrega que esta opción sea realmente funcional porque alrededor de todo el proyecto se encuentra no sólo una vasta biodiversidad, sino que también afectaría culturalmente por derrumbes de estructuras antiguas que están cerca de donde pasará el Tren Maya.