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Obras a cambio de votos; cómo influye la infraestructura en la política

La infraestructura no solo tiene impacto económico en un país, también se usa como promesa en la política al ser un elemento determinante en la simpatía del electorado.
lun 08 enero 2024 05:35 AM
La inauguración del Tren Maya es en febrero, pero la obra se terminará en junio
El Tren Maya es una de las obras más importantes para Andrés Manuel López Obrador desde su campaña a la presidencia.

En época de elecciones, las promesas no faltan. Candidatos y candidatas enlistan las propuestas que, consideran, traerán beneficios a los votantes que quieren convencer. Dentro de sus discursos, hay un lugar especial para las obras de infraestructura.

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Cuando Andrés Manuel López Obrador fue Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, una de las construcciones que destacó fue el segundo piso del Periférico; y ahora, como presidente, se ha enfocado en impulsar obras como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.

Estos proyectos surgieron durante su campaña presidencial y aún son parte fundamental de su gobierno. Tanto, que creó un decreto para que estos proyectos sean considerados de seguridad nacional.

Y este caso no es la excepción. Por ejemplo, durante la presidencia de Enrique Peña Nieto se dio mucho énfasis al Tren Interurbano México-Toluca; como Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, priorizó la construcción de las líneas del Cablebús; y en el periodo de Marcelo Ebrard, en ese mismo cargo, realizó la Línea 12 del Metro.

Durante las campañas electorales, ya sean federales, estatales o municipales, los candidatos prometen obras que beneficien a los sectores de la población con los que quieren simpatizar y que sean parte de su legado como gobernantes.

El discurso en las campañas es un conjunto de promesas con el que se busca provocar el pensamiento y la decisión por parte del elector. De acuerdo con el politólogo Carlos Elizondo Mayer-Serra, los gobernantes han utilizado la obra pública como una señal de cumplimiento.

“La vida se desarrolla dentro de la infraestructura de una ciudad, al desplazarse, tomar transporte público, tener una propiedad y parques recreativos. Son elementos necesarios en los que se desenvuelve la vida del ser humano, he ahí el peso de sólo prometer o mencionar que se desarrollarán obras para la comodidad de los votantes”, sostiene Juan Carlos Montero Bagatella, profesor de Transformación Pública en el Tecnológico de Monterrey.

Para Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, la mención de las obras de infraestructura demuestra que existe una comunicación entre la comunidad y la política, “está muy bien que la comunidad pueda levantar la voz y solicitar atención en cuestión de la infraestructura, demuestra que se escucha a la población”.

Sin embargo, mencionar obras de infraestructura no es garantía de nada. Campos comenta que durante la campaña electoral se pueden prometer proyectos que, cuando se comienzan a planear resultan no ser rentables desde el punto de vista económico, o en el ámbito social no cumplen con lo prometido en beneficio de la comunidad.

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¿Votos garantizados?

El desarrollo de las obras tiene un peso sobre quien las realiza. El profesor Elizondo Mayer-Serra indica que son proyectos que prevalecen y muestran el cumplimiento y el legado del gobernante, como en el caso del segundo piso del Periférico, de López Obrador, que agiliza el tráfico entre Ciudad de México hasta Tultitlán, Estado de México.

“Cuando la población ve resultados positivos, puede olvidar costos elevados en las obras, problemáticas ambientales, si es que las hubo, o temas en controversia durante la obra, siempre y cuando se vea reflejado el beneficio que se prometió”, agrega Montero Bagatella.

La materialización de las obras no solo permite el reconocimiento de la persona, sino que también beneficia al partido. “Tenemos el caso de AMLO, que ha realizado obras emblemáticas y grandes y que no sólo se le adjudican a él sino también a su partido”, puntualiza Elizondo Mayer-Serra.

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Lo que también tiene peso en las entregas de los proyectos es su funcionalidad y que no presenten fallas. “Las obras de infraestructura tienen mucho peso no solo en el discurso sino en la imagen del candidato, en ocasiones su reputación se ve afectada negativamente por crear o entregar una obra que no funciona correctamente”, añade Montero Bagatella.

Este es el caso de la Línea 12 del Metro, que tocó la reputación de Marcelo Ebrad. “Marcó de por vida a Marcelo Ebrad lo que sucedió hace dos años. La obra quedó marcada por ese incidente, opacó el objetivo principal de tener traslados seguros y disminuir el tiempo de desplazamiento de los ciudadanos”, detalla el especialista.

Carlos Elizondo Mayer-Serra abunda que, cuando fallan las obras, en vez de ser un logro político se convierte en un costo político, como es el caso del aeropuerto Felipe Ángeles que, hasta ahora, no tiene la afluencia esperada.

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