¿Están empeorando las inundaciones en la Ciudad de México?

Las causas de este incremento en las inundaciones son múltiples y complejas. En primer lugar, el cambio climático ha alterado significativamente los patrones de lluvia. Cristian González, ingeniero académico de la División de Ingeniería Civil y Geomática de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, explica que si bien la capital siempre ha sido lluviosa, en los últimos años se ha percibido más.

"Las lluvias, debido al calentamiento global y al cambio climático, son más intensas actualmente. Es decir, no solamente llueve mayor cantidad de milímetros al año, sino que también estas lluvias suelen ser más intensas. En menor tiempo cae un mayor volumen”, explica.

Esta nueva realidad climática conjugada con la infraestructura subterránea de la CDMX, pone en jaque al sistema de alcantarillado, ya que en su mayoría es de tipo combinado. Esto quiere decir que en un mismo sistema se recibe y “escurre” agua residual sanitaria y el agua de lluvia, la cuál incrementa cuatro veces al año, “esto limita la capacidad de las tuberías para poder desalojar el agua de lluvia”, detalla González.

Además de los factores climáticos y de diseño, existen problemas relacionados con el mantenimiento de la infraestructura, principalmente con el desazolve, un factor contribuyente significativo.

El experto explica que en un alcantarillado combinado, las velocidades de flujo del agua suelen ser muy lentas, lo que ocasiona que los sólidos suspendidos se sedimenten y se adhieran a las tuberías, limitando su capacidad de escurrimiento, por lo que es importante liberarlos. “Entonces, cuando viene una tormenta y el requerimiento de escurrir más agua, esta acción se ve limitada”, agrega.

A estos factores se suma la basura. "La mala disposición de los residuos sólidos también hace que durante la precipitación pluvial estos residuos sean arrastrados hacia las coladeras, que también les llamamos imbornales, y entonces entorpezcan o de plano tapen la entrada o disminuyan la cantidad de agua que puede ingresar al sistema de alcantarillado", advierte el maestro ingeniero.

La vulnerabilidad a las inundaciones no es uniforme en toda la ciudad. Existe una variación espacial en la precipitación que afecta de manera diferente a distintas zonas. Las zonas sur y hacia el poniente, en donde están las alcaldías Tlalpan, Milpa Alta, Álvaro Obregón y una parte de Tláhuac tienen mayores precipitaciones por su vegetación y por ser más altas.

“Podríamos tener precipitaciones anuales de hasta 1,200 milímetros en la zona poniente y hacia la zona norte y la zona hacia el nororiente tendríamos precipitaciones de 600 milímetros”, dice el especialista y académico de la UNAM.

Sin embargo, otras áreas de la ciudad también enfrentan riesgos significativos. "En todas partes hay riesgos de inundación", advierte González, mencionando zonas críticas como el norte cerca del metro Indios Verdes, Insurgentes Norte, la carretera hacia Hidalgo, así como partes de Tlálpan, Rómulo O'Farril, e Iztapalapa.

Frente a esta problemática, González propone una serie de estrategias que involucran a diversos actores de la sociedad. Para los ciudadanos, sugiere una mayor conciencia sobre la disposición de residuos y la limpieza de las alcantarillas. "Como ciudadanos, una limpieza y una buena disposición de los residuos, es decir, no estar tirando la basura en la calle", recomienda.

Para el organismo operador, SACMEX (Sistema de Aguas de la Ciudad de México), González aconseja "el desazolve constante, pero también la revisión de la congruencia, la pertinencia de esa tubería con respecto al caudal o al volumen que se pueda captar en esa zona". Esto implica una evaluación continua de la capacidad del sistema en relación con las necesidades cambiantes de la ciudad.

A nivel gubernamental, el experto sugiere por una mejor planeación urbana. Identificar qué zonas sí son susceptibles para el crecimiento de la mancha urbana y cuáles no. Esta estrategia a largo plazo podría ayudar a prevenir problemas de inundación en áreas de alto riesgo.

En el ámbito académico y tecnológico, González propone la modificación de los materiales de construcción urbana: “Un ejemplo podrían ser las vialidades o las banquetas que pudieran estar constituidas con un material permeable que permita que el agua de lluvia pueda ser infiltrada." Esta innovación no solo ayudaría a mitigar las inundaciones, sino que también podría contribuir a abordar otro problema crítico de la ciudad: la escasez de agua.

Con ello, la gestión del agua de lluvia puede ser un recurso aún más valioso al usarse para recargar los acuíferos y aumentar la disponibilidad de agua en la zona.

Las inundaciones no solo representan un riesgo para la infraestructura y los bienes materiales, sino también para la salud pública. Cristian González advierte sobre los peligros sanitarios cuando las aguas residuales y pluviales se mezclan y salen del sistema durante las inundaciones, exponiendo a la población a patógenos potencialmente dañinos.