Publicidad

La infraestructura hídrica, clave en la relación entre México y EU

Instalaciones envejecidas que no permiten el uso eficiente del agua son un impedimento para cumplir el tratado entre las dos naciones.
lun 15 diciembre 2025 05:30 AM
Cuando las presas ya no alcanzan: la carrera de México para cumplirle a EU con el agua
La tecnificación del Distrito de Riego 014 Río Colorado, compartido por Baja California y Sonora, recibirá 2,419 millones de pesos para 2026. (Joey Ingelhart/Getty Images)

La cooperación del agua entre México y Estados Unidos descansa sobre un tratado de 80 años, pero su viabilidad futura depende de algo mucho más tangible: presas, plantas desaladoras, canales de riego, sistemas de tratamiento y redes de distribución.

Sin infraestructura adecuada para medir, almacenar, conducir y sanear el recurso compartido, el acuerdo más longevo del mundo en materia hídrica podría no resistir las presiones del siglo XXI.

Un análisis reciente elaborado por expertos de la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los auspicios de UNESCO y Agua Capital revela que la infraestructura hídrica en la frontera norte enfrenta un deterioro acelerado justo cuando más se necesita: la población crece, el clima se vuelve más extremo y la demanda aumenta en ambos lados de la frontera.

Publicidad

De una serie de reuniones realizadas por representantes de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Consejo Consultivo del Agua, el Consejo Nacional Agropecuario y académicos de instituciones como la Universidad de Texas A&M y El Colegio de la Frontera Norte, emergió una radiografía donde la infraestructura apareció como el eslabón más débil de la cadena.

El informe Perspectivas de las aguas transfronterizas México-Estados Unidos: Orientaciones hacia la seguridad hídrica señala que varios organismos operadores trabajan bajo esquemas de crédito que exceden su capacidad de pago, mientras otros carecen de acceso al financiamiento, lo que limita su capacidad para implementar las soluciones ya identificadas.

"Es necesario buscar alternativas para eficientar el uso del recurso, tales como la tecnificación del riego, la diversificación de las fuentes, la desalinización de aguas salobres, el reúso de agua residual tratada, y el intercambio entre distintos usos y usuarios", establece el documento.

Sin embargo, los expertos advierten que para ello se requiere contar con estudios que permitan la integración de una cartera de proyectos técnicamente sólidos, así como consolidar el sistema financiero del sector.

Las plantas que no funcionan

En México, 1,881 plantas potabilizadoras y de tratamiento se encuentran detenidas por falta de recursos para su operación y mantenimiento.

Esto ocurre mientras ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Tijuana, Mexicali, Nogales y Naco experimentan desafíos en su infraestructura de saneamiento debido a problemas de obsolescencia, tecnología inapropiada y falta de capacidades técnicas.

Como resultado de las deficiencias en la gestión del saneamiento, la mala calidad del líquido exacerba los reclamos del lado estadounidense
Perspectivas de las aguas transfronterizas México-Estados Unidos: Orientaciones hacia la seguridad hídrica

El informe recomienda el desarrollo de un inventario de infraestructura prioritaria, así como la actualización de las descargas municipales, buscando alternativas de financiamiento que pueden provenir de organismos internacionales como el Banco de Desarrollo de América del Norte (NADBANK), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

La tecnificación del riego

El sector agrícola consume más de 70% del recurso en las regiones fronterizas. La tecnificación del riego emerge como una prioridad en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, que contempla la modernización de 200,000 hectáreas en 17 Distritos de Riego prioritarios.

Para 2026, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación destina 2,419 millones de pesos a la tecnificación del Distrito de Riego 014 Río Colorado, compartido por Baja California y Sonora. Otros 11,905 millones se asignan a la modernización de los Distritos 100 Alfajayucan, 003 Tula y 112 Ajacuba en Hidalgo.

Sin embargo, los expertos advierten que existen evidencias de que las medidas de conservación en el sector agrícola han resultado en la extensión de las áreas de cultivo, es decir, el déficit perdura.

Por otra parte, se incrementa la presión de los usuarios agrícolas, particularmente de Estados Unidos, para negociar la disponibilidad del recurso.

Publicidad

Obras estratégicas en la frontera

La infraestructura para agua potable prevé inversiones clave para 2026. Entre los proyectos prioritarios del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación destacan:

  • Baja California: La planta desaladora Rosarito recibirá 7,500 millones de pesos para abastecer a Tijuana y Playas de Rosarito, beneficiando a 994,000 habitantes.
  • Sonora: El sistema de presas Sinoquipe y Puerta del Sol para Hermosillo contará con 1,500 millones de pesos.
  • Durango: La Presa Tunal II recibirá 1,600 millones de pesos y beneficiará a 300,000 habitantes.
  • Zacatecas: La Presa de Almacenamiento Milpillas y Línea de Conducción para el Corredor Zacatecas-Fresnillo tendrá una asignación de 2,000 millones de pesos.

En materia de saneamiento, el presupuesto contempla 1,347 millones de pesos para la restauración del Río Atoyac y sus tributarios en Puebla y Tlaxcala, y 3,000 millones para el Río Lerma y sus afluentes en Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro y Estado de México.

El rezago presupuestal

El Plan Nacional Hídrico 2024-2030 contempla 17 proyectos estratégicos con una inversión estimada de 122,600 millones de pesos durante el sexenio.

Para 2025 se invirtieron 15,000 millones, mientras que para 2026 el presupuesto federal proyecta 12,600 millones.

La inversión durante los dos primeros años apenas cubre 22.5% del costo total, dejando 95,000 millones pendientes para los últimos cuatro años de la administración.

El presupuesto propuesto a Conagua para 2026 asciende a 36,689 millones de pesos, apenas 0.1% del PIB, representando una caída de 4.5% en términos reales respecto al año anterior y 46% menos que en 2024.

La Red de Agua UNAM afirma que la inversión necesaria tendría que ser del 1.5% al 2% del PIB. El Consejo Consultivo del Agua sugiere que se necesitarían 150,000 millones de pesos anuales para cubrir los requerimientos del sector. El gasto federal es solo una cuarta parte de eso.

Del presupuesto de Conagua, 31% corresponde a gasto corriente para administración y operación. El 69% restante incluye 21,208 millones en inversión física y 4,181 millones en programas y subsidios para entidades federativas y municipios.

La brecha con Estados Unidos

La disparidad presupuestal revela una asimetría que limita la capacidad de México para gestionar el Tratado de 1944, que regula la distribución de las aguas de los ríos Colorado, Tijuana y Bravo.

En 2024, México asignó 52.7 millones de pesos a la Sección Mexicana de la CILA, mientras Estados Unidos destinó el equivalente a más de 5,200 millones de pesos a su contraparte.

"Esta diferencia limita la capacidad técnica, operativa y diplomática de México en la implementación del Tratado", establece el documento.

Los expertos plantean crear un Fondo Nacional para la Gestión de Aguas Transfronterizas, con aportaciones federales, estatales y municipales que permita atender el rezago en infraestructura, generar estudios técnicos, fortalecer el monitoreo y mejorar las capacidades institucionales.

Publicidad

Infraestructura bajo presión climática

Los modelos climáticos regionales pronostican menores precipitaciones y una mayor frecuencia de sequías extremas en las próximas décadas.

Esto equivale a una reducción de hasta 30% menos de agua efectiva debido a la desaparición parcial de la capa nevada y al aumento de las temperaturas, que elevan las tasas de evaporación.

Las lluvias se han mantenido prácticamente iguales entre 1900 y 2004, pero su patrón de ocurrencia es distinto, lo que propicia que los escurrimientos sean diferentes y que los niveles de almacenamiento en las presas se vean afectados.

El río Bravo experimenta una reducción de su caudal de más de 80%, reteniendo apenas 20% de su volumen original debido a sequías prolongadas y usos crecientes. A pesar de ello, abastece hoy a alrededor de 15 millones de personas en siete estados de Estados Unidos y cuatro de México.

Además, se espera que la población en la franja fronteriza, que hoy alcanza los 30 millones de personas, se duplique en los próximos 30 años.

Este crecimiento urbano e industrial se traducirá en un incremento de la demanda. Se prevé que el uso público-urbano podría aumentar hasta 100% en las próximas cinco décadas, mientras que el uso industrial lo haría en 40%.

El desarrollo de parques industriales, zonas logísticas y clusters de energía renovable requerirá importantes volúmenes en la próxima década.

Propuestas de infraestructura

Los expertos plantean desarrollar un programa integral de infraestructura hidráulica fronteriza que incluya un diagnóstico actualizado de instalaciones críticas, un estudio sobre potencial de soluciones basadas en la naturaleza (humedales artificiales, recarga natural, captación de agua de lluvia) y la identificación de fuentes de financiamiento para cada solución.

"Debido a su importancia económica, social y diplomática, se propone incluir como sitios prioritarios a los ríos Bravo, Colorado y Tijuana", establece el documento. Esta decisión permitiría asignar presupuestos para su atención y articular esfuerzos interinstitucionales para promover una gestión coordinada del saneamiento.

Igualmente, coinciden en que es fundamental mantener y modernizar la red de monitoreo hidrológico y de alertas tempranas.

La toma de decisiones para gestionar eficientemente las cuencas transfronterizas requiere de evidencia robusta y precisa sobre disponibilidad, usos y usuarios, escurrimientos, temperaturas, sedimentos, evaporación, deshielo, precipitaciones, entre otras variables
Perspectivas de las aguas transfronterizas México-Estados Unidos: Orientaciones hacia la seguridad hídrica

Esta información demanda ser unificada y compartida, no solo entre Conagua y CILA, sino también con las contrapartes estadounidenses. Se requiere invertir a corto, mediano y largo plazos en instrumentos de medición que provean información necesaria para definir políticas públicas y acuerdos de gestión hídrica.

La visión de largo plazo

Jorge Arriaga Medina, coordinador ejecutivo del Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los auspicios de UNESCO, subrayó que estamos viviendo lo que podría convertirse en la transformación jurídica más profunda del sector hídrico mexicano en más de una década.

"Sabemos que no basta con tener una ley: necesitamos construir rutas claras para su implementación, fortalecer capacidades y dejar explícitos los derechos y responsabilidades de todos los usuarios. Solo así podremos avanzar hacia una verdadera Seguridad Hídrica basada en equidad, sostenibilidad y responsabilidad pública", explicó Arriaga.

Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, consideró que las reformas establecen nuevas reglas, refuerzan la prevención de delitos hídricos y clarifican las facultades de la autoridad federal. Sin embargo, señaló que no incluyen incentivos que hubieran sido pertinentes para mejorar la eficiencia en el uso del recurso, especialmente del sector agrícola, que consume 76% a nivel nacional.

Publicidad

Publicidad