¿Y cuándo las constructoras?
El sector de franquicias en México acumula casi 1,500 marcas y abre en promedio cuatro unidades por día. Entre ellas, hay poco más de una docena dedicadas a los bienes raíces y un puñado de negocios enfocados en segmentos como acabados, remodelaciones y proveeduría de insumos para la construcción, pero ninguna edifica inmuebles.
“Las constructoras tienen una infraestructura bastante grande y compleja, la cual requiere de inversión y características que no son fáciles de replicar”, dice José Luis Navarro, presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias.
Además de ‘los fierros’ necesarios, el aspecto financiero también podría desincentivar que los constructores franquicien su negocio. Generalmente, el dueño de la marca se queda con entre 60% y 75% de la utilidad y el comprador de la licencia con el resto, explica Enrique Alcázar, presidente y director general de la consultora Alcázar y Compañía, especializada en el desarrollo de franquicias.
Para crecer, el constructor cuenta con alternativas de financiamiento más atractivas que licenciar su marca, incluido el apalancamiento y las preventas.
En opinión de Alcázar, las oportunidades están en la especialización, como el desarrollo y el uso de materiales prefabricados como paneles. De ese modo, se volvería posible eliminar la parte de ingeniería y dedicarse de lleno a la instalación, lo que sería replicable más fácilmente.
Un aspecto fundamental que un constructor debe considerar si piensa lanzar una franquicia es tener un diferenciador, una técnica de construcción que agilice procesos o algún software o tecnología que aumente la productividad, opina Santiago Vargas, director general de Doctor Solución México, una marca de reparaciones y remodelaciones de inmuebles lanzada en México en marzo pasado y que ya ha vendido 45 licencias.
