Esto costó la vivienda que rompió récord como la más cara de EU
NUEVA YORK, EU. Ken Griffin, el multimillonario fundador de la firma de inversiones Citadel, ha pagado 238 millones de dólares por un ático en Nueva York, convertido en la vivienda más cara vendida nunca en Estados Unidos.
El apartamento, situado en una torre en construcción junto a Central Park -en el 220 de Central Park South- tiene una superficie de 24,000 pies cuadrados (unos 2,230 metros cuadrados) repartidos en cuatro pisos.
Los 238 millones de dólares desembolsados hacen de la propiedad, situada en una de las zonas más exclusivas de la Gran Manzana, la vivienda más cara vendida en la historia de Nueva York y de Estados Unidos, según los medios estadounidenses.
Lee también: ¿La película Roma beneficiará el negocio inmobiliario en la colonia?
La compra fue sido confirmada el miércoles a The Wall Street Journal por una portavoz de Citadel, que explicó que Griffin buscaba hacerse con un lugar para quedarse cuando viaja a Nueva York, donde su empresa está expandiendo actividades.
El multimillonario, que reside en Chicago, está considerado como el hombre más rico del estado de Illinois, con una fortuna estimada en casi 10,000 millones de dólares.
Griffin, que empezó a invertir cuando estudiaba en la Universidad de Harvard, fundó Citadel en 1990 y acumuló rápidamente importantes ganancias.
Recientemente, el inversionista se ha distinguido por su afición a las compras multimillonarias, tras hacerse con varios pisos de un edificio en Chicago por 58.75 millones de dólares y comprar en 2016 un ático en Miami por 60 millones.
Lee también: Skadia, la torre en León que no vende residencias, pero sí patrimonio
Además, desde 2012, Griffin ha gastado casi 250 millones de dólares en terrenos para construir un mansión en Palm Beach (Florida) y este mes compró una vivienda en Londres por unos 122 millones de dólares.
Fuera del terreno inmobiliario, el financiero pagó en 2016 unos 500 millones de dólares por un par de cuadros de Jackson Pollock y Willem de Kooning, una de las compras privadas más grandes del mundo del arte.
Además, en 2017, Griffin donó 125 millones de dólares a la Universidad de Chicago.