La mayoría de los compradores en el trimestre entraron en contrato antes de la prohibición de visitas a las propiedades de mediados de marzo por el coronavirus. El precio medio de los acuerdos completados disminuyó un 18% respecto al año anterior, la mayor caída desde el segundo trimestre de 2009.
La caída de precios refleja menos cierres de acuerdos en condominios de lujo en Manhattan y el espíritu general de disposición a negociar por parte del vendedor que definió el mercado a principios de año, manifestó Jonathan Miller, presidente de Miller Samuel. Los condominios vendidos en el segundo trimestre registraron los mayores descuentos en cinco años.
Las medidas de aislamiento durante tres meses no solo complicaron las visitas a viviendas. Incluso los compradores que encontraron una propiedad a su gusto tardaron más en completar el acuerdo porque no podían reunirse con los abogados, corredores y ejecutivos de hipotecas que generalmente participan en un cierre de contrato. Por lo que muchos nunca llegaron a materializarse.
“Estábamos operando en mínimos, haciendo contratos y firmas virtualmente”, dijo Pamela Liebman, líder ejecutiva de Corcoran Group, que publicó su propio informe citando las cifras de ventas más bajas desde principios de la década de 1990.
Ventas nocturnas y ofertas, ¿cómo será el regreso a las tiendas departamentales?
Los acuerdos pendientes continuaron cayendo el mes pasado, ya que incluso los compradores oportunistas no querían comprometerse con una propiedad que no podían visitar. Los contratos firmados cayeron un 78% a solo 132, dijeron Miller Samuel y Douglas Elliman.
El interés en ver casas se ha acelerado desde la última semana de junio, cuando se levantó la prohibición a las visitas en persona en la ciudad, dijo Liebman. Solo ahora puede comenzar a verse hacia dónde se dirigen los precios y la demanda.
“Uno de los aspectos positivos para el mercado es que mucha gente decidió lo que realmente necesita en un apartamento de Nueva York”, dijo Liebman. «Oficinas en casa, un segundo baño, espacio al aire libre. Se echaron mucho en falta al vivir sin ellos durante tres o cuatro meses”.