El aval cuenta con amplio sustento jurídico que garantiza al propietario, al menos en teoría, el pago puntual de sus rentas. Sin embargo, en México el 29.4% de la población (según Feebbo México, estudios de mercado) “tiene una mala nota en el buró de crédito por ser un aval incumplido”.
Leonardo González, analista Real Estate de Propiedades.com, menciona a Obras que el aval es una figura que en efecto “tiene una amplia tradición en el funcionamiento del mercado de arrendamiento y alquiler, pero requiere de una modernización que se adapte a las nuevas tendencias, a la tecnología que ofrece soluciones a las dificultades del mercado de alquiler, como puede ser, precisamente, conseguir un aval o contratar una fianza”.
Jeremy Calton, ciudadano estadounidense, radicado en México desde hace poco más de un año, comentó que “como extranjero me es imposible conseguir un aval” y nadie le dijo que existen otras opciones como fianzas bancarias o que se están desarrollando servicios que fungen como un aval confiable. En su caso tuvo que demostrar, a través del banco, que su salario era tres veces mayor que el costo de la renta de su vivienda.
Calton dice que conseguir una renta sin aval en Oaxaca fue relativamente fácil, “sólo miré los departamentos que ofrecían trato directo y ofrecí un depósito adicional, el cual estaba dispuesto a pagar. Terminé pagando sólo un mes adicional, aunque estaba dispuesto a pagar más”. Su opinión es que “los arrendadores quieren asegurarse de recibir sus pagos, así que hacen que sea muy difícil el obtener un departamento”.
El estadounidense, ya jubilado, afirma que “la mayoría de los departamentos que rentó en Oaxaca no tienen contrato, el inquilino es libre de ir y venir y el propietario libre de pedir su propiedad cuando consigue una mejor oferta o para venderla. De esta manera, aún cuando existe un marco jurídico para cada entidad, la informalidad hace su aparición a la menor provocación".
El analista de Propiedades.com dice que “el mercado de arrendamiento y de alquiler en el país reportan un alto rezago, sobre todo institucional. En términos de fiscalidad el mercado de alquiler es uno de los que más evade el pago de los impuestos, esto es un indicador del alto grado de informalidad y los problemas derivados como el poder ejercer las prácticas del aval o contratar una fianza”.