Este retorno coincide con el lanzamiento del Bando 1 , una estrategia del gobierno capitalino para frenar la gentrificación, controlar precios de renta y asegurar el derecho a una vivienda digna.
Clara Brugada, jefa de Gobierno de la CDMX, advirtió que más del 60% de la población vive en condiciones de hacinamiento y destina más de la mitad de sus ingresos a pagar la renta. La medida busca estabilizar precios, crear un índice de alquiler y una defensoría del inquilino, además de regular la renta turística y de enviar al Congreso una ley de rentas justas.
Déficit estructural: sin tierra ni permisos ágiles
Pero mientras se lleva a cabo la regulación del mercado secundario (la renta y reventa de viviendas ya existentes), el mercado primario (la construcción y venta de vivienda nueva) también está bajo presión.
“La Ciudad de México necesita unas 70,000 viviendas al año, pero el año pasado apenas se escrituraron 3,500 nuevas”, advierte el también desarrollador Leopoldo Hirschhorn.
Para él, la Norma 26 es útil porque permite construir más unidades en un mismo predio, pero la fórmula aún es limitada por tres factores: escasez de tierra, usos de suelo restrictivos y trámites excesivos.
“Hoy, 40% de la ciudad tiene permitido construir solo uno o dos niveles”, explica. “Si podemos pasar de H3 a H6 o H8 (límite de densidad), la matemática cambia y se pueden vender viviendas a precios más bajos. Pero eso solo aplica en polígonos específicos. Además, desde que compras el terreno hasta que te autorizan, pueden pasar 24 meses. A eso súmale los intereses. El costo financiero es altísimo”.
Vivienda media: mucha demanda, poca oferta
El problema actual, señala Marisol Becerra, directora de Estrategia y Relación con Desarrolladores en DD360, es que la oferta disponible no se ajusta al ingreso real de las personas.
“La mayor parte de los proyectos en la ciudad están dirigidos a segmentos altos, de cinco millones de pesos o más. Pero el 30% de los hogares podrían comprar vivienda entre 1.5 y 3 millones, y no hay suficiente inventario en ese rango”.
Incluso con el tope de 1.9 millones que plantea la Norma 26, el acceso es limitado. Se necesita comprobar ingresos mensuales de al menos 60,000 pesos para pagar una hipoteca, dice Hisrschhorn.
"Para poder comprar un departamento de un 1.9 millones de pesos se requiere de un crédito hipotecario con el Infonavit o Fovissste... se requiere ganar del orden de los 59,000 pesos para poder pagar una mensualidad por lo menos de 20,000 pesos mensuales. [...] eso quiere decir que una persona tiene que comprobar al banco que está ganando 60,000 pesos”.
El desfase se nota en los ritmos de venta: hay más de 200 desarrollos que llevan años con unidades sin vender, dice Marisol Becerra.
Hay proyectos que venden una unidad cada dos o tres meses. Compiten con reventas y con vivienda usada. Si no bajas el precio o reduces el tamaño de las unidades, no hay manera.
Marisol Becerra