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La colección de arte de la familia Coppel, en San Ildefonso

Bajo el título Rastros y vestigios, indagaciones sobe el presente, se exhibe en el Colegio de San Ildefonso; concluye el 21 agosto.
jue 11 agosto 2016 11:35 AM
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Obras de Andy Warhol, Alighiero Boetti, Francis Alÿs, Félix González Torres, Mona Hatoum, On Kawara, Teresa Margolles, Ana Mendieta, Gabriel Orozco y Wim Wenders integran la colección de arte contemporáneo de Isabel y Agustín Coppel, de la que nace la exhibición Rastros y vestigios, indagaciones sobe el presente, que ahora se exhibe en el Colegio de Sal Ildefonso, en el centro histórico de la Ciudad de México.

La curadora Tatiana Cuevas reúne 121 piezas de la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC), considerada en 2014 por ArtsNews Magazine una de las más activas del mundo dentro de su célebre Top 200, junto con las mexicanas que dieron origen a los museos Jumex y Soumaya, bajo la premisa de brindar Rastros y vestigios que permiten hacer indagaciones sobre el presente.

La particular propuesta de Cuevas se nutre del carácter de los espacios que han acogido a la colección: Hospicio Cabañas, en Guadalajara; Museo Amparo, en Puebla; y actualmente el Colegio de San Ildefonso, en la Ciudad de México.

Así se convierte en testimonio de lo sucedido en nuestra civilización, durante los siglos XX y XXI, con una invitación a reflexionar acerca de los vestigios que las transformaciones económicas, políticas, sociales, culturales e ideológicas han dejado con el paso del tiempo.

En un principio, sólo para su hogar

Originarios de Sinaloa, Isabel y Agustín Coppel comparten desde el inicio de su relación una pasión por el arte, que los llevó a adquirir, en principio, algunas piezas de arte moderno mexicano para su hogar; su gusto y conocimiento fueron profundizando hasta que, como comenta Mireya Escalante, directora de CIAC, “la colección llegó a sus manos”.

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Hoy cuenta con cerca de 1,500 piezas concentradas en el arte contemporáneo, generadas por artistas tanto mexicanos como de otras latitudes. Algunos reconocidos, como Andy Warhol (Estados Unidos, 1928-1987) o Francis Alÿs (Bélgica, 1959); otros que comenzaban a despuntar y significaron una apuesta que hoy da frutos por su reconocimiento internacional, es el caso de Israel Meza Moreno (Ciudad de México, 1978), mejor conocido como Moris.

La preparación de la muestra que presenta el Museo de San Ildefonso implicó poco más de dos años de exploración al interior de la propia CIAC, y se complementó con el desarrollo de cédulas comentadas, audio guías, apps de descarga gratuita con entrevistas a algunos creadores y un catálogo que está disponible desde la inauguración de la exhibición.

El catalógo ofrece ensayos como Arqueologías imaginarias, del Dr. Néstor García Canclini; Qué haríamos sin lo que se ha perdido, de Eduardo Abaroa; Una manera de pensar mi trabajo, de Susan Hiller y Escenarios para indagar el presente, de la curadora Tatiana Cuevas.

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Aunque la ausencia de seres humanos es una de las premisas –sólo aparecen de forma fugaz en un collage de Jonathan Hernández (Ciudad de México, 1972) hecho con recortes de prensa–, la composición de cada pieza está impregnada de su presencia, pero de formas alejadas de lo convencional.

Tal es el caso de Tutto, de Alighiero e Boetti (Italia 1940-1994), quien la realizó en colaboración con tejedoras de Afghanistan, mediante un ejercicio que incitaba la imaginación. Alejadas del mundo occidental, recibían de manos de Boetti recortes seleccionados con escenas que se asomaban a ellas por vez primera. El resultado es un caos lleno de color, donde uno va adivinando figuras familiares.

Una de las varias piezas que se incluyen de la joven culiacanense Fritzia Irízar (1977), quien se distingue por recopilar huellas casi indelebles de la presencia humana, es Robo Hormiga, recreación de un billete, a partir del recorte horizontal de 2mm de largo de dólares reales, que tras la operación volvieron a la circulación.

Interesada en mostrar los engranes finos de la economía, Irízar también presenta fundidas en oro, residuos de herramientas que el trabajo diario agotó.

Desvalorizadas quizá por ojos extraños, adquieren un alto valor por el material de fundición, en memoria de aquellos que las usaron.

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Objetos

Rastros y vestigios también hace énfasis en el uso de aparatos mecánicos en algunas obras, como un visor de transparencias o proyectores de 8mm, cuya adquisición fue compleja. Algunos son hechizos, donde los constructores emplearon incluso partes provenientes de maquinaria de otros usos. Los sonidos de un tornamesas o del propio proyector crean un paisaje sonoro.

Algunas piezas refieren a presencias sutiles y están vinculadas al peso de tragedias. Con una serie de fotografías que registran su intervención en cines abandonados de la ciudad de Guadalajara, Teresa Margolles (Culiacán, 1963), da testimonio del uso de las marquesinas para evidenciar la huella que dejaron algunas suicidas en sus cartas: "Adiós te dice la fea, la asquerosa que siempre odiaste. 33 años".

Alfredo Jaar (Chile, 1956) da cuenta, también con fotografías, de la belleza natural que puede rodear, inmutable, un genocidio como el de Ruanda.

Con la producción de Rastros y vestigios, la CIAC pretende sensibilizar a los visitantes, no sólo acerca de las muchas formas en que la humanidad deja su impronta, positiva o no en la tierra, sino también de la labor esencial que tiene el arte contemporáneo para traducir las problemáticas y contradicciones de nuestro tiempo en expresiones que nos confrontan para sacudirnos.

Así, Win Wenders (Alemania, 1945), aunque más conocido por su faceta de cineasta, da testimonio con una fotografía del rastro que dejaron en el Westfalen Stadium los asistentes a un concierto, con Die Toten Hosen.

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