Nueva administración y mismos responsables en obras
Nota del editor: Esta columna se publicó originalmente en la edición 551 de la revista Obras, El largo camino hacia el Tren Maya , correspondiente a diciembre de 2018 y disponible en Sanborns, Vips y en su edición digital en magzter.com.
(CIUDAD DE MÉXICO) – Presenciamos el cambio de la administración pública a nivel federal y en varias entidades y municipios, al igual que en la Ciudad de México. Estamos ante nuevos escenarios que publicitan el rechazo a la corrupción y a las malas prácticas, promesas que seguramente la mayoría de los mexicanos secundamos.
En la industria de la construcción estamos muy atentos a los cambios, toda vez que con los nuevos servidores públicos vienen nuevas ideas para la edificación y para el desarrollo urbano; aseguran que se tendrá más seguridad en los nuevos edificios, sobre todo para evitar daños como los derivados por los recientes fenómenos naturales, lo que también repercutiría en los criterios para asignar los usos de suelo.
OPINIÓN: El portavoz de la construcción en América Latina
Recuerdo que en el año de 1985, con motivo de los sismos que se presentaron en el entonces Distrito Federal, se modificaron las reglas para reconocer y registrar a los peritos de obra, sustituyéndolos por los directores responsables de obra y corresponsables especializados (DRO y C).
Desde 1987 se les reconoció como Auxiliares de la Administración Pública, es decir, fedatarios técnicos que consignaban el cumplimiento normativo en los proyectos y ejecución de obras de las edificaciones para las cuales otorgaban su responsiva, al mismo tiempo que se retiraban responsabilidades a los servidores públicos que desde entonces se dedicarían a registrar y reconocer esas responsivas.
A lo largo de las siguientes administraciones, en los tres niveles de gobierno, esta figura de DRO y C se ha reproducido con mayores o menores responsabilidades, pero se ha olvidado su origen, asignándoles toda la responsabilidad y, en muchos casos, usándolos como chivos expiatorios de corruptelas en el otorgamiento de permisos de construcción y de usos de suelo, de las que forman parte servidores públicos y constructores.
OPINIÓN: ¿Seguirá imperando la corrupción en la obra pública?
Estamos ante la oportunidad de fortalecer a estos notarios técnicos que tienen, según la legislación, atribuciones para revisar y aprobar proyectos de construcción, ampliación, remodelación o demolición, siempre con apego a la normatividad vigente. Atribuciones que, sin duda, complementan las responsabilidades de seguimiento y registro de los servidores públicos.
En lugar de satanizar a estos expertos profesionistas, propugnemos por el fortalecimiento de sus respuestas, siempre de la mano de una capacitación profesional dedicada a la ampliación de conocimientos sobre materiales y técnicas constructivas, evaluación de productos, legislación urbana y de construcción.
OPINIÓN: Director Responsable de Obra ¿para qué?
Los propios DRO y C deben comprometerse a dignificar su quehacer profesional actuando honestamente y actualizando sus conocimientos con base en programas profundos e instructores calificados, difundiendo y respetando aranceles justos y unificados por sus servicios profesionales.
El Infonavit y la Sedatu deberían considerar a los DRO y C como auxiliares para lograr viviendas, desarrollos y planes urbanos acordes con las nuevas visiones gubernamentales.
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Franco Bucio Mújica es arquitecto, perito, DRO, consultor en normas, regulaciones y capacitación para la construcción. Director de CORPICO.
