'En Venta', ¿qué pasa con la comercialización de inmuebles?

Nota del editor: Daniel Narváez es Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Director de Mercadotecnia Lamudi México. Síguelo en Twitter como @danielnarvaez__ Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

(Obras) - “Houston, tenemos un problema…”, comentan mis amigos asesores y desarrolladores inmobiliarios, y es que en lo que va del año ha bajado de manera considerable la venta de inmuebles en México, o al menos no ha crecido al ritmo que se esperaba durante el optimista inicio de año, que abarcaba también el cambio de gobierno, dicho sea de paso.

Este cambio, dependiendo de intereses y enfoques, representaba una esperanza para el pueblo mexicano para alcanzar la equidad, pero también representaba una aterradora amenaza para quienes deciden el ritmo y rumbo del desarrollo con sus inversiones.

Lee: El artículo sobre desalojos en la CDMX se modificó, pero aún hay polémica

Tras el sismo del 19S fue evidente la contracción de operaciones que sufrió el sector inmobiliario, de hecho, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios declaró un sesgo en ventas de hasta 3 meses… y ¡cómo no! Entre la desconfianza por el estado de las propiedades, las pérdidas humanas y el constante incremento de los precios de mercado, derivado del aumento en costos de los materiales de construcción, mermaron la intención de compra en miles de mexicanos.

Sin embargo, en 2018 comenzó a mejorar la confianza de los mexicanos y con ello comenzaron a reactivarse las operaciones, especialmente por parte de inversionistas que quisieron asegurar el valor de la tierra previo a las elecciones presidenciales del país para posteriormente garantizar un mayor retorno de inversión aunque fuera a largo plazo.

Con lo que no contábamos, los que trabajamos en el sector, fue que el cambio de gobierno trajo un reto insospechado: el freno al desarrollo inmobiliario “estrepitoso” en la CDMX, donde varias construcciones por alguna u otra razón, incumplen los protocolos y reglas del desarrollo local, situación que por supuesto está afectando a unos y beneficiando a otros, por ejemplo las propiedades usadas están experimentando un ritmo de operaciones mayor al de las propiedades nuevas.

Lee: El 42% de obras inmobiliarias en la CDMX están paradas por corrupción

Además, está sobre la mesa el tema de la rehabilitación de espacios como el centro y oriente de la CDMX que tiene como objetivo impulsar el desarrollo de vivienda económica. Este plan lo explicó nuestra Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en el marco de un evento organizado por la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios al que asistí el mes pasado, y aunque genuinamente me gusta la idea de llegar a un nivel de desarrollo urbano y social más equitativo y balanceado, aún me pregunto si es lo ideal como ejemplo de acción el desarrollo de vivienda en Iztapalapa, cuando la zona todavía sufre por el desabasto de agua.

Paso por paso… yo creo que antes sería bueno que la alcaldía ponga de su parte para asegurar un mejor abastecimiento de este recurso para evitar que miles de ciudadanos vivan con los cortes de agua en su día a día y después destinar recursos para desarrollar más y mejor vivienda.

Lo que entiendo que pretenden las autoridades con los planes de recuperación del centro y el oriente de la ciudad es evitar la gentrificación y favorecer la densificación; es decir, lo que quieren conseguir no es que lleguen nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo, sino que la gente no se vaya de los lugares donde ha vivido desde hace mucho tiempo, y que mejoren sustancialmente las condiciones actuales de sus viviendas y su entorno.

Lee: El plan de reestructura de créditos del Infonavit tiene un avance de 12.8%

Por otro lado ¿podrían estar interesados los desarrolladores inmobiliarios en sumar huevos a esa canasta? Iztapalapa ocupa el décimo segundo lugar de las 16 alcaldías que componen la CDMX en cuanto a mayor demanda inmobiliaria de acuerdo con este reporte, lo que nos dice mucho sobre las preferencias de la gente sobre mudarse a una zona que se encuentra bastante alejada de los principales centros de trabajo y que también tiene los niveles de inseguridad más altos. Tal vez cuando se vea una mejora en estos aspectos, obviamente con ayuda de políticas públicas, se pueda lograr un reposicionamiento de la zona oriente como una opción atractiva para vivir; entonces mi sentido de oferta-demanda me indica que el resultado será el crecimiento del mercado inmobiliario en la zona.

Sin duda todos estos escenarios liberan una serie de oportunidades para los diferentes actores del gremio: para los desarrolladores marca un punto de inflexión que les permitirá evaluar la calidad de sus construcciones lo que representa seguridad para los compradores, así como también una garantía para los inversores; para los asesores inmobiliarios de conocer realmente su mercado y la vasta oferta de inventario que existe; y finalmente para el usuario que verá que la mejor oportunidad que tiene actualmente es la de invertir en un inmueble.