Nómadas digitales, ¿la revolución inmobiliaria del Siglo XXI?

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Nuestro país se ha convertido rápidamente en uno de los cinco principales destinos para los nómadas digitales, y todo se debe a la estrategia que se implementó para contrarrestar los efectos de la pandemia en el ámbito turístico. Sin embargo, creo que aún más importante es, que las leyes son amigables con ellos, y me refiero específicamente a la Ley Home Office (Norma Oficial Mexicana 037), que entró en vigor el pasado 8 de junio. Además, tal y como indica el estudio ‘Digital nomad report’, realizado por Flatio, 46.6% de los nómadas digitales se basan en los costos de vida para seleccionar su destino. Más ventajas para nuestro país.

Vayamos más a fondo. Ellos (los nómadas digitales) regularmente (y casi siempre) eligen ciudades con un clima amable, diversidad cultural y gastronómica, accesibilidad, atención médica suficiente y por supuesto, conectividad efectiva. Y, repito, con costos accesibles que les permitan tener un holgado estilo de vida. Punto, set y partido para México.

Ahora bien, hablemos de la vivienda. Es un hecho que, al acelerarse el trabajo remoto, el mundo se digitaliza a pasos agigantados; desde mi punto de vista, esto ha dado pie a una transformación irreversible en la manera de adquirir, vender o rentar casas, y en mayor medida si de nómadas digitales hablamos. Lo que antes era convencional, poco a poco se va convirtiendo en arcaico, obsoleto. Hoy en día, la posibilidad de combinar el turismo con vivienda es posible; la vivienda rotativa es una realidad, el modelo favorito e ideal de los nómadas digitales.

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Y sí, la pandemia fue el elefante en la habitación. La llegada de los nómadas digitales obligó al sector inmobiliario a una transformación urgente que mezclara la vivienda con el turismo. Considero necesaria (y es inminente) la evolución en la modalidad de las rentas, de únicamente contratos a largo plazo, a estancias medias de uno a tres meses, y de movilidad constante. Se requiere (y es imprescindible) de una adaptabilidad a este tipo de alquileres. Los contratos largos, a plazo forzoso, no son el escenario ideal. Reitero, los nómadas digitales llegaron para quedarse.

Y si ahondamos más en este punto, creo que sería un error que en el negocio de los bienes raíces, es decir, las inmobiliarias, propietarios, startups y agentes, se resistieran a la presencia de este grupo de trabajadores remotos y viajeros; en contraparte, sugiero una diversificación a la oferta de propiedades, adaptación a las necesidades de los nómadas digitales y búsqueda (hallazgo) de oportunidades.

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Considero igualmente que, en términos de inversión, es un gran momento para adquirir propiedades, especialmente si se trata de inmuebles ubicados en zonas de mayor flujo, con características de buena ubicación y accesibilidad. Este fenómeno puede hacer ganar a todos, es decir, como copropietarios de inmuebles, a través de los alquileres, o bien, como nómada digital, con un ingreso pasivo y de manera constante, sostenible a largo plazo y a perpetuidad.

De colofón, y a colación; turismo, bienes raíces, comercio local, restaurantes, transporte, servicios médicos, sólo por mencionarte algunos, se ven y verán beneficiados con la llegada de los nómadas digitales, que son, indudablemente, una tendencia en crecimiento.

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Nota del editor: Javier Cárdenas Ibarra ( @JavierCardenasI ) es un emprendedor mexicano, CEO & Founder de la cadena de propiedades Rotamundos, reconocida en la Asamblea de la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas en Madrid, en 2021. Fue invitado al programa Scaling Entrepreneurial Ventures en Harvard Business School. Cursó el programa Innovation & Growth en Stanford University, y actualmente es miembro del Consejo Empresarial de la revista Forbes en Estados Unidos. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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