Con respecto al sector de infraestructura, el documento “100 pasos para la transformación” presenta una lista de proyectos que (a su entender) detonarían el desarrollo del sector. La propuesta promovería, y en varios casos continuaría con, la inversión en proyectos carreteros, de transporte ferroviario, puertos y aeropuertos. Asimismo, plasma lo que parece ser una estrategia para el sector energético, de telecomunicaciones e hídrico. En su conjunto, pretende expandir y desarrollar una plataforma logística multimodal donde se priorice la conectividad y se incorporen nuevas tecnologías.
Dicho esto, en principio, la postura de la próxima administración reconoce la importancia de la inversión en el sector para el desarrollo integral de nuestro país. Sin embargo, y con el pleno deseo de que todos los proyectos citados lleguen a buen puerto, en mi opinión la estrategia que finalmente se formalice (en otras palabras, el futuro PND) debería aclarar y asegurar varios cabos.
Para empezar, el programa sectorial de infraestructura deberá establecer claramente prioridades entre todos los proyectos que se desea apoyar técnica y financieramente. Esta tarea responde al simple hecho de la escasez natural de recursos materiales, humanos y financieros. Trabajar en los fundamentos y motivaciones por las cuales se decida apoyar primero a un proyecto y después a otro es muy importante.
Como punto de partida, el documento menciona que se buscará identificar y desarrollar infraestructura en, lo que definen como, polos de desarrollo regionales. De ser así, considero que la inversión en estos polos debería contar con análisis de retorno social, ambiental y financiero; así como considerar la opinión de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de los expertos del sector.
Ahora bien, la propuesta de inversión contempla proyectos a los cuales se les dará continuidad (proyectos heredados de la actual administración) y proyectos con poco o nulo avance. Sobre este último tipo de proyectos (los cuales seguramente requerirán dos, cuatro o más de seis años para su plena operación) es importante poner hincapié en lo siguiente: el tema financiero, el diseño y planeación, y el modelo de ejecución.
Sobre el tema financiero. Estaríamos esperando la presentación del Paquete Económico 2025, para conocer más acerca del presupuesto asignado a la SICT y a cada uno de los proyectos mencionados. Incluso, esperaríamos que las autoridades nos informen si la Secretaría de Marina y de Defensa Nacional seguirán participando en el sector y si tendrán una partida presupuestal. Lo anterior, recordando que el Programa Plurianual de Conservación de la Red Federal de Carreteras Libre de Peaje para 2024, hoy se encuentra a cargo del Ejército.
Ante los desafíos fiscales que podría enfrentarse el país, saber si contamos o no con recursos suficientes, podría ayudarnos a entender lo siguiente: 1) un posible acercamiento con el sector privado y 2) el horizonte de planeación y ejecución de cada proyecto.
Sobre el tema del diseño y planeación. Es prioritario que la estrategia cuente con reglas claras y procesos competitivos para que cualquier participante presente, diseñe, planee, ejecute, opere y dé mantenimiento a cada proyecto. En mi opinión, aunque se han hecho avances notorios al respecto, hoy en día hay temas pendientes para asegurar la correcta implementación de contratos de obra, procesos de asignación y/o licitaciones. Esto resulta ser relevante, dado que hay proyectos propuestos que aún no cuentan con un estudio de factibilidad.