Premio para mejorar la movilidad en el Valle de México
El tiempo de un desplazamiento promedio en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) oscila entre 90 y 120 minutos, con velocidades que varían de los 17 km/hora de los vehículos privados a los 15 km/hora de los públicos masivos, aunque en las horas pico, entre las 6 y las 9 de la mañana y las 5 y las 9 de la tarde, pueden reducirse hasta los 6 km/hora. Un problema cuyo análisis ha merecido el premio a la mejor tesis de maestría de Latinoamérica por parte de la Universidad Iberoamericana y Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL).
Luis Julián Castro, ingeniero civil egresado de la UNAM y estudiante de la maestría en Proyectos para el Desarrollo Urbano por la Universidad Iberoamericana analizó en su tesis ‘Hacia un sistema de movilidad urbana y sustentable en la Zona Metropolitana del Valle de México’ los principales retos y las propuestas de soluciones para mejorar la actual situación, entre las que destaca reordenar el sistema de transporte público para que los usuarios puedan aparcar el auto y la creación de un instituto metropolitano de desarrollo urbano.
La institución sería un organismo autónomo descentralizado que coordinase todas las labores del transporte metropolitano. “Por ejemplo, las líneas A y B del Metro llegan hasta el Estado de México, pero el costo de administración y mantenimiento recae en la autoridad metropolitana para la gestión del transporte. Este instituto podría hacer labores de investigación, proponer políticas y encargarse de la gestión”, afirma el estudiante.
Algunas de las propuestas son de fácil implementación, agrega, y no implicaría apenas inversión, como plantear una reestructuración de las rutas de transporte. “Los microbuses son la columna vertebral del transporte de la Zona Metropolitana, pero sus rutas están mal organizadas y algunas se interceptan; otras comparten el mismo derrotero”. En este grupo de ‘recetas casi gratis’ también entraría la reestructuración de los Centros de Transferencia Modal (Cetram).
Para aquellas que sí requieren de inversión, el trabajo de Castro incluye un apartado sobre cómo financiar el gasto corriente y el de inversión que lleve, por ejemplo, a una renovación de las unidades del sistema de transporte público masivo.
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En cuanto a la infraestructura, el desajuste entre los lugares de residencia y de trabajo ha provocado que las distancias a cubrir sean cada vez más lejanas y a que el gobierno haya invertido en segundos pisos o autopistas urbanas. “Pero va a llegar un momento en el que alcancen su capacidad de diseño y vuelva a generarse el caos”. Por ello, la propuesta es poner al transporte público como la principal prioridad. Además de ampliar el sistema de ciclopistas e incrementar las rutas del trolebús, un vehículo eléctrico y, por tanto, menos contaminante que el sistema confinado del Metrobús.
Capítulo aparte es el transporte de carga, que circula por las principales avenidas de la ciudad a cualquier hora del día. Castro propone centros de distribución fuera de la zona urbana a donde lleguen los vehículos pesados y en los que la mercancía se desplace a unidades más pequeñas hacia su destino final. Incluso, en zonas como el centro, se podría establecer un pequeño centro de carga de donde partieran vehículos eléctricos. Una medida que también se analiza en los estudios sobre transporte realizados por el gobierno capitalino.
El siguiente paso para Castro será continuar con la investigación en movilidad. “Hay muy poca información. La última Encuesta Origen-Destino para la Zona Metropolitana fue en 2007. Mientras no tengamos información real y fresca con la que diseñar políticas públicas, siempre vamos a ir atrás”.
