CDMX, ¿de las primeras ciudades inteligentes de América Latina?
71% de los 65 millones de usuarios de internet que hay en México tienen entre 13 y 44 años. Gracias a ellos, las grandes urbes en el país tendrán la capacidad de ser rediseñadas, de convertirse en ciudades conectadas, y ser verdaderos centros de inteligencia.
Esta teoría la refuerza Paul Sullivan, evangelista tecnológico de la firma Autodesk y especialista en el tema de ciudades inteligentes. Señala que, al menos la ciudad de México se encuentra en un momento óptimo para cumplir esto por la gran capacidad y utilización de tecnología, la cual le podrá permitir incluso, convertirse en una de las primeras urbes inteligentes de América Latina.
"La Ciudad de México tiene potencial para ser una de las primeras ciudades inteligentes: su población es joven. El 70% de los mexicanos vive en las ciudades, lo que es una cifra más alta en comparación al promedio global del 52%", dice.
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Sullivan platica en entrevista para Obrasweb, que esta ciudad podría tener muchos puntos a favor por las altas cifras de adopción tecnológica que tiene, sin embargo, aclara que no solo de tecnología se forma una ciudad inteligente. Se trata de que los habitantes de estas urbes sepan utilizar nuevas herramientas para su vida diaria y sobre todo, que sean capaces de percibir esta adopción como una manera diferente de hacer las cosas.
"Una ciudad inteligente no es una ciudad nueva que surja de la nada; una ciudad inteligente debe de venir de una ciudad existente. Se trata de que las personas puedan venir a la ciudad y trabajar aquí, de hacer su vida normal pero con otros enfoques".
Los datos que comparte el Consejo Nacional de Clústeres de Software y Tecnologías de la Información destacan que al menos en México, existen planes para que regiones como Querétaro, Guadalajara y Puebla, tengan avances significativos en la creación de urbes con adopción de alta tecnología.
Internet de las Cosas y las ciudades inteligentes
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a través de un ejercicio de exploración de las direcciones IP de diferentes dispositivos, el volumen de IoT en México equivale a poco más de 8 millones de objetos conectados, una grata señal para la formación de las ciudades inteligentes.
Sullivan ejemplifica algunos puntos que podrán incrementar la adecuación para que la Ciudad de México se convierta en una urbe de este tipo en los próximos años.
Señala que en cuestión de movilidad, el sector automotriz vive una revolución . Los automóviles autónomos sacarán a muchos convencionales de circulación.
“Sucederá algo muy parecido a lo que pasó con Uber: este servicio hará que muchos autos convencionales dejen de ser usados. Entre menos autos haya en las calles, el tránsito será mejor y más fluido”.
Lo mismo pasa con los robots, habrá más humanoides integrados a las ciudades inteligentes. Actualmente se utilizan para limpiar hogares, para cortar el césped, para seguridad.
La International Federation of Robotics (IFR) destaca que en México el año pasado se vendieron cerca de 5,500 robots, más del doble en comparación con 2014 y la cifra seguirá en aumento.
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Sobre edificios sustentables y construcciones, Sullivan señala que la tendencia será a través de los insumos ocupados. Menciona que hay materiales como los metales biotérmicos los cuales se ubican en las ventanas y, cuando el edificio esté muy caliente, se expande y bloquea el calor del sol que entre. Esto permite que el edificio se mantenga fresco y evita el uso del aire acondicionado. Si hace frío afuera, el metal térmico se expandirá de forma diferente.
"Los edificios inteligentes todavía son tontos. Actualmente los edificios son construidos sin tomar en cuenta el sol, la luna ni el clima. Los edificios inteligentes comenzarán a hacerse de materiales inteligentes, como microfibras dentro las ventanas, por ejemplo".
Otra de las tendencias que el especialista ve reales en México, es la utilización de bases cilíndricas en los edificios.
“Cuando hay un sismo, el edificio se mueve con él, esto es lo que pasará con la próxima generación de construcciones, al menos las que sean hechas sobre zonas sísmicas, como la ciudad de México”.