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Así se logra el asentamiento homogéneo de las tres pistas del NAICM

Para aumentar la capacidad de carga de las pistas, las constructoras instalaron una geomalla triaxial rellena con tezontle de 2 a 3.6 pulgadas y una altura de 50 cm.
vie 25 agosto 2017 10:32 AM
hundimiento_3
hundimiento_3 - (Foto: Carlos Chiquini, Pepe Escarpita)

Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la  edición 535  de la revista Obras, ' Las empresas de la construcción + grandes de México ', correspondiente a julio-octubre de 2017. 

(CIUDAD DE MÉXICO) – Resultado de estudios de mecánica de suelos en el terrero del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NACM), en el antiguo lago de Texcoco, los expertos a cargo decidieron acelerar el hundimiento para minimizar los asentamientos a valores aceptables para la infraestructura.

Con este método de drenes y sensores "se espera que la pista se asiente entre 2 y 15 cm al año, como sucede en el aeropuerto actual, pero esta vez de forma pareja", explica Juan Pablo Durán, asesor en transportes de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM).

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El agua del subsuelo llega a los drenes verticales, que con ayuda de los horizontales es conducida al drenaje provisional, para luego dirigirse a los vasos reguladores Cola de Pato y Colorado, al suroeste del polígono aeroportuario.

En cada pista se colocaron alrededor de 200,000 drenes verticales, que equivalen a 62 millones de metros lineales, elaborados con un prefabricado geotextil de sección plana anclado a una placa que se introduce en el subsuelo (casing).

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Para aumentar la capacidad de carga de las pistas, las constructoras instalaron una geomalla triaxial rellena con tezontle de 2 a 3.6 pulgadas y una altura de 50 cm, nivel donde se llevó a cabo la colocación de los drenes y sensores.

Para mayor control sobre los asentamientos del suelo, en cada dren se colocaron sensores flexómetros, inclinómetros y piezómetros para medir las deformaciones del suelo que sufren las pistas.

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El sistema está cubierto por una capa de tezontle de 1 m y otra del doble de piedras basálticas, cuyo propósito es hundir la pista los 2 m de altura que ocupa este método. Al final se colocará la base y la sub-base de losa que recibirá los 13 cm de carpeta asfáltica. 

Una realidad. Tras nivelar el terreno, instalar los drenes y colocar la precarga, el agua escurre y es conducida a los vasos reguladores. FOTOS: Carlos Chiquini, Pepe Escarpita

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