Fernando Romero diseña un centro de convenciones 'orgánico'
El diseño del Centro de Convenciones de Ciudad Juárez promete echar mano de lo aprendido en Los Cabos, donde FR-EE erigió la sede para la reunión del G-20 en 2012, es decir, ser eficiente y amable con el medio ambiente.
La construcción del proyecto, ubicado en el fraccionamiento Las Quintas, iniciará este año. Pero todavía no está definido el presupuesto, pues actualmente está en proceso el diseño del Plan Maestro en el que estará incluido el edificio, así como viviendas, oficinas, zonas comerciales, hospitales de especialidades, universidades y áreas verdes, recreativas y deportivas.
Todo estará en un terreno que antiguamente funcionaba como hipódromo y galgódromo, explicó a Obras Fernando Romero, líder del despacho.
El centro de convenciones tendrá un diseño orgánico que dará una nueva imagen a la urbe, además de que contaría con 25,000 m2 de construcción y se prevé que ocupe 5% del predio.
El proyecto de Los Cabos, Baja California Sur, "nos dio toda la experiencia para presentar un esquema ganador" que incluye bajo costo en su operación, captación y reciclaje de energía solar, así como una estructura modulada, pero que busca ser más icónica.
A diferencia del Centro en Los Cabos que "es un edificio sereno y discreto", en Juárez "queremos hacer una geometría que se distinga de lo que lo rodea", "que muestre más un Juárez de vanguardia, que contribuya a construir la imagen del Juárez del futuro".
Estructura solar
El concepto parte de un techo que funciona como un gran panel solar. Ahora la oficina de FR-EE en Nueva York investiga la viabilidad de un sistema de espejos dirigidos a un sólo punto, que reciben el calor y lo concentran en la generación de energía. Esto, en lugar de paneles solares, con lo que el edificio "tendría una identidad muy atractiva".
Romero precisó: "Hay un vestíbulo orgánico continuo que bordea las salas de exposiciones". En este edificio se emplearán prefabricados pero de forma distinta que en Baja California, "porque es una geometría más compleja, va a hacer todo un cascarón de prefabricado con una estructura modulada".
Será similar a "como armamos el Museo Soumaya, que es una piel muy compleja en geometría; un sistema de piezas prediseñadas en computadora que se ensamblan en sitio y te permiten tener cualquier geometría porque los prediseñaste en otro sitio", explicó.
Al interior del centro, que cuenta con vestíbulo, dos salas grandes de exposiciones y cinco más pequeñas, habrá muros verdes. Al exterior, el edificio, de entre 12 y 19 metros de alto, tendrá una piel de cristal sombreada por una estructura que penderá de un tubo de aluminio anodizado.
¿Y el precio?
Por ahora no hay un costo real del edificio. "Se han hecho estimaciones, pero no hay un costo, porque aún no hay un proyecto ejecutivo ni se han llamado a los contratistas", pero es un hecho que arrancará este año, pues ya trabajan en el Plan Maestro, y luego de éste iniciará la construcción del centro de convenciones.
El arquitecto explicó que el proceso de selección se dio por convocatoria del gobierno, el cual llamó a muchos arquitectos. "Pasamos varios filtros, se hicieron entrevistas, se evaluaron arquitectos, se presentaron proyectos… Fue un proceso muy intenso, como el que generalmente pasa en cualquier comisión", indicó.
Explicó que en México "el gobierno tiene esa posibilidad de convocar a especialistas de una disciplina que tenga las credenciales para hacer el proyecto, y eso fue lo que pasó en este contexto".
Otras forma de asignar obra en el país son las licitaciones abiertas, pero "la gente no se entera de ellas, y muy pocos aplican", argumentó.
Los gobierno europeos tienen sus departamentos de arquitectura, y en cada país hay un colegio de arquitectos con el músculo y la credibilidad suficiente para gestionar los concursos, "esos procesos pasan en México en muy pocas ocasiones", expresó.