Panteón de Mérida abre puertas del pasado en recorrido nocturno
Edificaciones de tipo neoclásico, ecléctico, griego, gótico o afrancesado, de cantera, granito o piedra son comunes en el Cementerio General de la capital del estado, sitio histórico que narra la vida de los meridanos en los últimos 200 años y que ahora forman parte de un recorrido turístico nocturno.
Creado a raíz de un decreto del Rey Carlos III, el bicentenario camposanto ofrece en muchas de sus estructuras mortuorias en forma de mausoleos, bóvedas, osarios, palomares, una reminiscencia de la vida porfiriana, la bonanza generada por el henequén, la lucha del primer gobierno socialista del mundo o la historia sindical en Yucatán.
Wilbert Isaac Sosa Gutiérrez, guía de los recién inaugurados recorridos nocturnos por el cementerio municipal, destaca que a diferencia de otros mausoleos del país que se destacan por sus leyendas e historias fantasmagóricas, el de Mérida es un sitio donde sus “habitantes” lo han convertido en un sitio histórico.
Hasta el siglo XVIII, explicó, los meridanos recurrían a las iglesias para enterrar a sus difuntos, pero mediante un decreto del rey Carlos III se exigía que los panteones salgan de las ciudades, por lo que el cementerio de Mérida se instaló en el barrio de Santa Lucía (a escasas cuadras de zócalo local).
Sin embargo, en 1819, los dueños de la hacienda maicero-ganadera “Xcoholté”, Joaquín de Lara y de Cámara, así como María de la Luz Cepeda, fallecen y al no tener descendencia, se queda en posesión de los hermanos de María de la Luz, quienes la venden el terreno para que el Cementerio General se instale en ella.
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El 3 de noviembre de 1821 se inauguró el panteón y entregó para su administración a la Diócesis de Yucatán, la cual debía entregar al estado cada determinado tiempo una cantidad para recuperar lo invertido.
El 6 de noviembre de 1821, el teniente Felipe Trejo se convirtió en el primer "inquilino" de este inmueble, como lo consignan los anales de la historia, dado que física y administrativamente se desconoce el sitio exacto donde fue inhumado.
“Una de las características de este cementerio, es que sus edificios respetan el estilo de arquitectura que tenían las casas donde habitaban antes quienes fallecieran, como lo muestran edificios como el mausoleo de la familia Medina, el cual data de 1870 y es el más antiguo del lugar", dijo.
Una larga avenida que inicialmente era el camino de acceso a la casa principal de “Xcoholté” deja ver edificaciones porfiristas, neoclásicas, eclécticas, griegas que daban cuenta que pertenecían a la clase alta.
Muchos materiales y esculturas que se encuentran en los mausoleos –abiertos o cerrados- fueron traídos de Europa en una época de apogeo del henequén, por muchas familias adineradas, por ello se encuentran muchas edificaciones afrancesadas.
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Un ejemplo es una escultura que llegó de Italia en febrero de 1906, la cual imitaba una obra del artista Almo Strenta y en la cual se ve a una mujer levantar la sábana con la que tapó el cuerpo de su esposo.
Lo más impresionante son los detalles, varios especialistas en arte han dicho es “perfecta”, pues pueden apreciarse los detalles de la venas de sus ojos, los dobleces de la sábana, de sus manos, de sus cabellos y orejas.
Lo mismo sucede con el de mausoleo de la Familia Sosa, pues tras la muerte de un niño de la familia se colocó en él la figura de una mujer que sufre y que impresiona por la expresión de su rostro, la coyuntura de sus manos, entre otras.
A la entrada del cementerio se puede ver un ángel sobre una columna muy alta, el cual se cree es el Ángel de la Libertad, aunque la espada ya no puede ver ya que un rayo la destruyó.
Las esculturas de los ángeles llaman la atención ya que muchos aseguran que son varones y otras mujeres, pero la realidad es que desde el punto de vista cristiano se conciben como seres asexuados, de ahí la discusión de sus rasgos.
Otra característica del Cementerio General, mencionó, es que en él están inhumadas personas que aportaron al desarrollo del estado, como el gobernador Guillermo Palomino, quien introdujo el tranvía y creó calles, además de traer un periodo de gran paz social.
También destacan las aportaciones de la comunidad china que cuenta con un mausoleo, el de la logia masónica unificada por Lorenzo de Zavala, el de los trabajadores henequeneros, cuyos osarios tienen forma de sogas, al igual que las cruces.
Aún se puede admirar el paredón de fusilamiento de Felipe Carrillo Puerto, primer gobernante socialista del mundo (3 de enero de 1924), la rotonda de los hombres ilustres en la que se encuentran los restos de Carillo Puerto y varios de sus hermanos y seguidores.
Frente a éste se encuentra el osario de Alma Red, periodista y defensora social estadunidense, quien como reportera del New York Times denunció como Edward Herbert Thompson saqueó y vendió al Museo Peabody de Arqueología y Etnología de Estados Unidos los vestigios mayas recuperados en Yucatán y en la zona de Chichén Itzá.
La relación entre Felipe Carillo Puerto y Alma Red fue intensa al grado que éste solicitó a Luis Rosado Vega escribiera un poema en honor a la estadunidense y que fuera musicalizado por Ricardo Palmerín. Se sabe que antes del homicidio del gobernante, pensaban huir juntos.
Un mausoleo en piedra en honor a los creadores de la canción yucateca, tallado por el extinto escultor colombiano Rómulo Rozo, forman parte de este cementerio que se conserva como sitio emblemático del patrimonio cultural e histórico de Yucatán.