Diseño para el vino
La bodegas De Cote, recién terminadas, forman parte del plan de reactivación de la ruta del vino del muncipio de Ezequiel Montes, que busca unirse a Tequisquiapan y a la Peña de Bernal para apuntalar el turismo.
La vinícola De Cote arrancó hace ocho años, cuando su propietario, José Calderón, recuperó un proyecto de hace cuatro décadas. Una vez listos los viñedos, buscaron a Serrano-Monjaraz Arquitectos.
El concepto arquitectónico emula el proceso de producción del vino, inspirado en la disposición de las vides y en el entorno natural, en respuesta a la petición de José Calderón, quien dice que quería “algo icónico; que arquitectura y vino se convirtieran en una experiencia para los visitantes”.
Pero la gran particularidad está en su materia prima: la tierra arcillosa y ligera de la región. El arquitecto Juan Pablo Serrano cuenta que la analizaron para
integrarla al proceso constructivo y evidenciar el “arte de cómo la tierra ma tiene al vino en su temperatura y humedad con una bodega a 5 m de profundidad”. Sin luz, es posible conservar entre 800 y 1,000 barricas a 19º de temperatura y 70º de humedad de manera natural.
El sótano significa 70% del volumen del proyecto. Hacia arriba, la edificación cobija la producción de vino de forma natural; es decir, por gravedad, además de oficinas, un bistró de degustación y un restaurante con vistas hacia las vides, rematadas por la Peña de Bernal.
La inversión fue de aproximadamente 1,000 dólares por metro cuadrado. El diseño exterior emula el orden de los viñedos con modulados perpendiculares cada 4 m. En la parte superior, una bóveda de madera recuerda a las barricas.
Todo el sistema es una estructura de bloques de tierra con concreto armado y metal en el interior “para la resistencia de grandes cargas, porque tenemos tanques de 5,000 y 10,000 litros de vino y podemos recibir 500 personas en el restaurante de arriba”, precisa Juan Pablo Serrano.