Antigua aduana marítima de Tampico, donde ancla la historia

Ubicado en el puerto de Tampico y basado en la arquitectura industrial del siglo XIX, el edificio costó 1,850,000 monedas de oro y fue Porfirio Díaz quien eligió el diseño, de corte inglés.
Aduana Tamaulipas - (Foto: Tomado de Flickr/ José Vargas)

Han transcurrido 112 años desde que Porfirio Díaz Mori (1830-1915), entonces presidente de la República, inaugurara una terminal aduanera integrada por un edificio principal y almacenes anexos. A orillas del río Pánuco, en Tampico, Tamaulipas, aquel día de 1902 se concretó el proyecto, que tenía la garita más atareada del país y estaba a corta distancia del golfo de México.

La zona aduanal tampiqueña existió desde 1827 y la ciudad creció en torno suyo. En 1829 fue derrotada la última intentona de la corona española para reconquistar a México, en la Plaza de la Libertad, punto donde estaba la primera aduana.

La construcción de la nueva garita fue ordenadatras el incendio de las instalaciones originales. Con planos y tabiques de origen británico, la obra inicióen 1896 en una franja entre el Pánuco y su afluente, elTamesí, y formó un conjunto con la estación del tren.

A Díaz le aconsejaron instalar el complejo del otrolado del río, en Veracruz, pero la propia Carmen Romero Rubio, tamaulipeca y esposa del mandatario, lo convenció de lo contrario.

La mampostería le da esa textura y tono rojizo esenciales. Sus arcadas, sus verdes cubiertas a dos aguas, sus escaleras, así como sus elementos estructurales y ornamentales de hierro colado le confieren un corte europeo. Las líneas férreas tendidas a su costado norte fueron ganadas al río Tamesí, que fue desviado para el proyecto.

Para exponer el tema de la defensa porteña, el área de archivo de la exaduana fue reacondicionada y abrió en 2004 como el museo ‘La Victoria de Tampico de 1829’, aunque con acceso limitado por encontrarse en un perímetro federal. A partir de 2010, una restauración integral y adecuación lo revivió para sus nuevos fines, que podrían incluir, tal y como pretenden el gobierno estatal y el ayuntamiento, el Museo del Mar.

El año pasado, el inmueble histórico quedó ‘desfiscalizado’, es decir, independiente del Recinto Fiscal Portuario, que opera a escasos metros de ahí, con lo que por fin el público obtuvo acceso libre. Hoy, en plena campaña nacional de extinción de garitas aduanales, el recinto tiene su futuro asegurado.