Tatiana Bilbao se rebela ante el modernismo arquitectónico
La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao (1972) destacó la importancia de desarrollar en México una arquitectura que cuestione la modernidad y que se adapte al espacio, la cultura y los materiales locales.
En una conferencia organizada la noche del jueves por la Universidad de Princeton en el marco de la exposición del Museo de Arte Moderno (MoMA) sobre arquitectura moderna latinoamericana, Bilbao subrayó que esta disciplina no se trata de dibujos u objetos sino de espacios en una topografía concreta.
"Buscamos responder a las necesidades de los clientes, y con eso yo me rebelé o fui en contra de alguna manera contra el modernismo en la arquitectura. Para mí la arquitectura no es una cosa construida, sino un espacio. La arquitectura no es un dibujo", expresó.
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Indicó que durante décadas la modernidad en el diseño de viviendas en México fue absorbida mediante la creación de un modelo que pudieran replicarse infinidad de veces, tal como sucedió en las unidades erigidas en los suburbios de la Ciudad de México.
Para ella, sin embargo, este modelo sólo tiene sentido si al mismo tiempo toma en cuenta la cultura, el espacio, los materiales y las necesidades de los usuarios de tales construcciones.
"El problema de estas unidades, que son muchísimas, es que no responden para nada al clima, a las condiciones del lugar ni a la cultura de la gente", opinó.
Un nuevo enfoque para replicar modelos de viviendas debe considerar cambios cruciales en las unidades, como la habilidad de ubicar el baño o la cocina en el exterior, como sucede en diseños tradicionales visibles en el estado de Chiapas.
"Importa pensar en el clima, así como en los materiales". "En todo caso", resaltó,"la arquitectura debe ser capaz de absorber la cultura".
En su opinión, la búsqueda por encontrar modelos adecuados para construir, es una manera de "adaptarnos a nuestra realidad, lo que también de algún modo es una rebelión contra el modernismo".
En otro de los paneles de discusión, la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cristina López Uribe, resaltó la importancia simbólica que tuvo para este país la construcción en la década de 1950 de Ciudad Universitaria.
Apuntó que el valor de este complejo arquitectónico trascendió las aspiraciones políticas de la época de destacar una noción de "mexicanismo o mexicanidad", y que logró vincular el paisaje volcánico de esa zona de la Ciudad de México, con vestigios de un pasado prehispánico, con un proyecto modernizador.
Tal logro "era una tarea necesaria en esos años, pues el final de la Segunda Guerra Mundial había causado la disolución del poder del desarrollo tecnológico y de sus representaciones en el estilo internacional de la arquitectura", consideró López Uribe.
