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Veracruz: obras que resisten los siglos

Al cumplirse el 496 aniversario de la fundación de Veracruz, su arquitectura histórica mantiene su relevancia y su personalidad porteña.
sáb 18 abril 2015 11:43 AM
Ermita del Rosario
Ermita del Rosario - (Foto: Tomada de aguapasada.wordpress.com)

22 de abril de 1519: Viernes Santo, día de la Vera o Verdadera Cruz. Hernán Cortés y sus tropas desembarcan de aquellas naves que después 'quemó', en la playa llamada Chalchihuecan, "lugar de las faldas hermosas" o "lugar de las mujeres virtuosas" en náhuatl. Tierra adentro, declararía fundado el histórico ayuntamiento de la Nueva España y la significativa fecha le daría el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz.

Trasladada la villa poco después, Veracruz echó raíces en la zona que se conoce como "La Antigua". Ahí permaneció hasta 1600 para finalmente cambiarse 28 km al sur, donde surgió la actual ciudad y puerto. En La Antigua, ahora un pequeño poblado en el municipio del mismo nombre, así como en el puerto, se conservan edificaciones que se acercan a los 500 años de edad, de las más añejas de la era colonial.

Verdaderamente fiel

El primer asentamiento en la Nueva España sigue siendo el veracruzano, dado que Santa María de la Victoria, fundada antes en Tabasco por el mismo Cortés, despareció en el siglo XVI. Y es la Ermita del Rosario, en La Antigua, el primer templo construido en todo México y que aún se encuentra en uso. A sólo unos metros del río y a 1.5 km del mar, la modesta construcción actualmente restaurada y reconstruida, cuenta con un atrio delimitado por una pequeña barda. Su sencilla portada es coronada por un campanario en espadaña de tres nichos. Su blanco brillante contrasta con ciertos elementos rojos y un interior de tono pastel. Por dentro y por fuera, el lugar está prácticamente desprovisto de ornamentos, al más puro estilo de los religiosos franciscanos y es altamente probable que haya sido fundado por el propio fray Pedro de Gante.

Ermita del Rosario, La Antigua, Veracruz. Imagen de 2012. Tomada de: panoramio.com / ESTEBAN M. LUNA

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A pesar de la sismicidad registrada en territorio veracruzano, los contrafuertes de la ermita han mantenido los muros en su lugar desde 1524, aproximadamente. Una sola nave compone este templo cubierto por una combinación de techo a dos aguas y una corta bóveda. Embellecido su terreno, al que se ha anexado el "Jardín Bicentenario", ocupa una cabeza de manzana con su frente hacia la calle de Elodia Rosales de la tranquila Colonia Centro. Se trata de uno de los destinos más visitados e infaltables en este lugar.

Por las ramas

De las muchas casas que tuvo Cortés en México, admirablemente aún existe la que está en La Antigua. Piedra de río y coral fueron parte de los materiales que se emplearon para levantar esta rústica obra que habitó por corto tiempo.

Derruida por el clima y el paso de los siglos, aún pueden reconocerse algunas habitaciones de la propiedad. Pero la acción de las raíces de los árboles (ceibas) que abrazan y penetran las viejas paredes, ha vuelto a este sitio aún más especial.

En octubre de 2007 se anunció que tanto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como el Instituto de Ecología de Xalapa, capital veracruzana, emprenderían trabajos para restaurar el sitio bajo criterios especiales. Su entonces director, Miguel Equihua, declaró a El Universal que el fin era "rescatar la histórica casa conservando su esencia de ruina...".

Casa de Cortés en La Antigua, Veracruz. Tomada de: Flickr / odd.feesh

Luego de interrupciones diversas, el INAH y el Gobierno del estado de Veracruz retomaron el rescate del lugar hace tres años. Las ceibas cumplen una función primordial que reconoce la arquitecta Gladys Martínez, especialista a cargo de los trabajos: "también es uno de los factores que dañan a la edificación; sin embargo, intentar separarlos sería atentar contra el monumento, pues la ceiba ya forma parte de la estructura portante de los paredones", cita el boletín del INAH del 9 de julio de 2012.

De acuerdo con el propio boletín, el inmueble ya había sufrido modificaciones cada siglo hasta el XX, y "posee una tipología arquitectónica que la aproxima a las construcciones andaluzas". Con el nuevo enfoque, se pretende reedificar parcialmente respetando los métodos de construcción de la época, así como los materiales más aproximados a los originales.

También hay planes para agregar un pequeño museo de sitio y áreas públicas de estar, de las cuales ha carecido el hogar del conquistador.

Viejo centinela

Sin duda, el fuerte de San Juan de Ulúa, ligado directamente a la presencia española y a Juan de Grijalva —quien antecedió por un año al desembarco de Cortés—, fue el enclave defensivo naval más importante del Golfo de México, conservando a la fecha actividad militar y habiendo sido recientemente restaurado y consolidado hasta sus cimientos.

El fuerte se encuentra construido en un islote natural desde el cual Cortés y Grijalva decidieron montar una defensa al futuro primer puerto de américa. Todo inició con "un muro con argollas de bronce para amarrar los barcos", de acuerdo con el arquitecto Salvador Aceves, quien coordinó la restauración iniciada en 2007, cita un boletín del INAH del 23 de noviembre del 2012.

San Juan de Ulúa con la ciudadela triangular en primer término. Tomada de: fortalezas.org

San Juan comenzó a formalizarse hacia 1535, diseñado por ingenieros europeos y perfeccionado durante décadas. Su figura y elementos definitivos llegarían en el siglo XVII con la intervención del notable Adrian Boot, el ingeniero holandés predilecto para diseñar fortificaciones. De planta cuadrangular, en torno a su plaza de armas, posee cuatro baluartes con nombre propio como "Soledad" y "San Pedro", y una ciudadela con paso a tierra.

San Juan de Ulúa vio acción en los conflictos más importantes de la historia bélica de nuestro país: la Guerra de Independencia (último refugio español), la Guerra de los Pasteles (1838), la Guerra México-Estados Unidos (1846-1848), la Intervención estadounidense de 1914 y la Revolución, siendo de hecho sede temporal del gobierno de Venustiano Carranza en 1915.

En 2012, abrió aquí el Museo Arqueológico de Veracruz, un nuevo espacio alojado en lo que fueran las habitaciones del gobernador del puerto.

Instituciones añejas

Por sus dos ubicaciones previas, no existe algo en el "nuevo" Veracruz que date del siglo XVI. Después de la refundación aparecieron construcciones importantes pero de las que sobreviven escasos indicios. Esto sucede con el Colegio Jesuita que funcionó en los siglos XVII y XVIII sobre Aquiles Serdán, entre las calles de Ignacio Zaragoza (antes 4ª calle de La Compañía) y Landero y Coss (antes calle de La Playa), en el centro de Veracruz. Pero no siempre estuvo ahí. Al igual que la villa original de la Vera Cruz, el colegio debió mudarse varias veces: la primera en 1600 a la nueva ciudad, pero "quizá por ignorancia del terreno eligieron un lugar arenoso y de difícil acceso por lo que en 1607 se trasladaron a un punto más céntrico", dice Ignacio Osorio Romero en su libro Colegios y profesores jesuitas que enseñaron latín en Nueva España (1572-1767). Pero el incendio de la ciudad de 1619 los dejó otra vez sin casa. Los jesuitas volvieron a cambiarse y hasta 1639 por fin pudieron retomar su misión educativa junto a su templo ya hace mucho desparecido por la apertura de la calle de Aquiles Serdán.

Tomada de: centrohistorico.veracruzmunicipio.gob.mx

El edificio que ocupó el colegio dejó de pertenecer pronto a sus fundadores, debido a la expulsión de los jesuitas por el rey Carlos III en 1767, siendo absorbidas las funciones escolares por los agustinos que lo renombraron "San Agustín". Décadas más tarde pasó a manos privadas debido a la Ley de desamortización de bienes eclesiásticos, y tuvo diferentes usos y modificaciones. Aunque ya abandonado y sin huellas de su edad real, el lugar persiste. Sus dos niveles con entrepisos de madera lucen hoy vacíos y descuidados. Se dice que una placa con su dedicación se encontraba en la fachada suroeste, pero a la fecha no puede apreciarse.

El otrora centro educativo lleva el número 167 de Landero y Coss y está catalogado por decreto presidencial desde 2004 en las obras civiles relevantes "comprendidas dentro de la zona de monumentos históricos que se declara, cuya antigüedad se comprueba con las constancias fehacientes".

Último de su estirpe

No es de extrañarse que otra obra militar quede aún como vestigio ingenieril e histórico de la defensa del puerto. Hubo en su momento nueve bastiones de similares características para apoyar la defensa que encabezaba San Juan de Ulúa. El bautizado como Baluarte de Santiago comenzó su existencia hacia 1635 con posteriores adiciones hasta el siglo XVIII.

Por el asedio de los piratas, algunos tan ilustres como los ingleses John Hawkins y Francis Drake, Veracruz se amuralló al poco tiempo de fundada la ciudad en su presente ubicación. De aquellos baluartes, Santiago —con sus 12 cañones— es el único que existe hasta el presente y actualmente se encuentra remetido a unos 300 metros del mar.

Fachada principal del Baluarte de Santiago. Tomada de: Flickr / Alex Mota

De acuerdo a la descripción oficial del portal del Centro Histórico de Veracruz, el Baluarte de Santiago está edificado en su mayoría de piedra "muca" (o "múcara"), un sólido material calcáreo originado por organismos marinos que suele rechazar aplanados y pinturas por su capacidad de absorber humedad. Sus cubiertas están fabricadas a base de bóvedas de crucería y conserva su empinada y característica rampa por la que los defensores accedían originalmente desde el agua.

Desde 1991 es también museo y en él se encuentra la colección arqueológica denominada "Las Joyas del Pescador", compuesta de objetos precolombinos de oro. Se encuentra en el "Perímetro A" de la zona de monumentos históricos en la Ciudad y Puerto de Veracruz, municipio de Veracruz, estado de Veracruz-Llave.

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