Taller Capital, cuarto lugar de los #10Despachos + disruptivos 2017
Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la edición 531 de la revista Obras , 10 Despachos + Disruptivos, correspondiente a marzo de 2017.
La mezcla de condicionantes era retadora: un predio abandonado en una zona con altos índices de inseguridad, densamente poblada y que enfrenta un problema de manejo de agua, inundaciones durante la época de lluvia y, al mismo tiempo, falta de agua potable.
Pero el despacho de arquitectura Taller Capital tomó el desafio y, aun con esos elementos en contra, aceptó contribuir en la generación de un sistema hídrico alterno y sustentable, ideado por el Instituto de Investigaciones sociales de la UNAM para el parque La Quebradora en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México.
La singularidad de este proyecto es el uso del paisaje como infraestructura para mejorar el manejo de agua y los recursos, explica Loreta Castro Reguera, directora de Diseño de Taller Capital — que junto con Manuel Perló Cohen, coordinan la obra— y la define como una intervención de microurbanismo y catalizador de un mejor manejo de agua.
Esto le ha valido ser el cuarto lugar de los #10Despachos + disruptivos 2017 deObras.
Imagen: Cortesía del despacho
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El planteamiento del despacho es que los parques hídricos generarán ciclos de agua cerrados —desde captación hasta reutilización—, y estarán combinados con espacios públicos.
El predio de La Quebradora estaba abandonado, funcionaba como pozo de infiltración a cielo abierto en una zona con pocos espacios de recreación para la población.
Según datos de Taller Capital, los vecinos cuentan con 0.92 m² de áreas verdes por habitante. La propuesta es generar una plaza que aglutine diversos servicios y la captación de agua pluvial, al tiempo que se recupera el espacio para los habitantes de la zona y se crea un sistema de infiltración y reutilización de la lluvia.
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En consecuencia, la proporción de área verde por habitante aumentará a 2.97 metros cuadrados. La idea de este esquema surgió después de que el despacho realizó dos proyectos de investigación sobre manejo de agua con el Centro Mario Molina y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Este último se ha mantenido vinculado al parque hídrico, que comenzó su construcción en diciembre de 2016, tras recibir el apoyo del gobierno de la delegación.
Imagen: Cortesía del despacho
De forma paralela, la firma de arquitectura realiza proyectos como la Caseta La Quebradora, un espacio donde se imparten talleres para crear conciencia sobre los temas de manejo de agua, explica Castro Reguera.
Esto ha permitido incluir a la población desde el inicio de la transformación del predio. El equipo de trabajo pretende que la obra sea el piloto de un programa más amplio de parques hídricos.
"Es replicable al ciento por ciento, aunque se tiene que adecuar a las condiciones del sitio", afirma la arquitecta.
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Impacto positivo
La Quebradora beneficiará directamente a una población de 28,000 habitantes de la delegación. Aunque el impacto indirecto será mayor pues constribuirá a reducir las inundaciones que generan caos vial en la zona, especialmente en la esquina de la avenida de las Minas y la calzada Ermita Iztapalapa, y al mejorar su calidad medioambiental, ya que evitará infiltraciones de agua contaminada y reintroducirá flora y fauna.
La administración del espacio corre a cargo de un patronato integrado por representantes del gobierno local, los vecinos, la niciativa privada y un comité técnico-científico, que cuenta con la participación de miembros de la academia y la sociedad civil.
Imagen: Cortesía del despacho
La iniciativa, según Alberto Bolaños Casarín, arquitecto de la firma, también considera sostenibilidad económica, ligada al hecho de que es posible vender el agua proveniente de la planta de tratamiento.
Taller Capital es consciente de que la posibilidad de crear un sistema de parques hídricos depende de que exista interés por parte del gobierno y de la iniciativa privada.
Pero, sobre todo, de que este piloto tenga éxito desde el diseño, y que sus usuarios se apropien de él para no solo lograr el objetivo en materia hídrica, sino también crear tejido social.
La arquitecta calcula que los resultados de la intervención se comenzarán a notar en junio de 2018, una vez que las obras concluyan. Por lo pronto, los involucrados ya convencieron.
La estrategia de parques hídricos fue aceptada por los responsables del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), las secretarías capitalinas de Medio Ambiente (Sedema), Cultura y la de Movilidad (Semovi), además de la Jefatura de Gobierno.
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