Yvonne Farrell y Shelley McNamara son las ganadoras del Premio Pritzker 2020. Es la segunda vez en la historia del galardón, iniciado en 1979, que mujeres son reconocidas. La primera fue Zaha Hadid en 2004.
Las arquitectas de origen irlandés, son fundadoras de Grafton Arquitects, despacho a través del cual han construido numerosos edificios educativos, viviendas e instituciones culturales y cívicas.
La obra seleccionada fue: el Instituto Urbano de Irlanda, Loreto Community School, la Universidad Luigi Bocconi, oficinas del Departamento de Finanzas en Dublin, la escuela de medicina de la Universidad de Limerick, Campus de la Universidad UTEC de Lima y Université Toulouse 1 Capitole de la Escuela de Economía.
Además el Institut Mines Télécom, Town House Building de la Universidad de Kingston, London School of Economics and Political Science y el Parnell Square Cultural Quarter, City Library.
Sus edificaciones buscan contribuir a su entorno más allá de los límites del edificio, por lo que se convierten en piezas que ayudan a que las ciudades funcionen mejor; "han practicado la arquitectura juntas durante cuarenta años de una manera que refleja claramente los objetivos del Premio Pritzker: reconocer el arte de la arquitectura y el servicio constante a la humanidad como lo demuestra un cuerpo de trabajo construido", definió el jurado.
El trabajo de las arquitectas es reconocido por revelar una comprensión en los procesos de diseño y construcción; sobre todo en los edificios con los presupuestos más modestos. Como el caso del Instituto Urbano de Irlanda, en el que Yvonne Farrell y Shelley McNamara crearon un edificio visualmente atractivo, al cambiar los materiales de construcción por elementos con pliegues, aberturas y productores de sombra.
"Sin gestos grandiosos o frívolos, han logrado crear edificios que son presencias monumentales institucionales cuando es apropiado, pero aun así están divididos en zonas y detallados de tal manera que produzcan espacios más íntimos que creen comunidad dentro", acotó el jurado.
Para seleccionar a las arquitectas como ganadoras del Premio Pritzker, también se tomó en cuenta su manera de trabajar en equipo, que fue reflejada durante su colaboración con la Bienal de Venecia en 2018.
