La familia Legorreta no dejó de lado elementos técnicos como el mantenimiento, por lo que con el objetivo de hacerlo lo más económico y sencillo posible, revistieron el edificio con azulejo y el interior lo hicieron de concreto y vinil.
En 2016, durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera, se realizó una renovación también a cargo del despacho. Se necesitaban resolver problemas de saturación, ya que el museo recibía a 750,000 visitantes al año y su infraestructura no era suficiente.
Además, la edificación debía adaptarse a las nuevas tendencias de sustentabilidad y conjugar la tecnología.
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El nuevo museo, que abrirá en abril del 2021, ha sido diseñado por SPRB Arquitectos y MX_SI, los cuales concursaron frente a un jurado conformado por Víctor Legorreta, Fernanda Canales, Mauricio Amodio, Miquel Adriá, Ernesto Betancourt y Dolores Beistegui, llevado a cabo en la pasada administración de la Ciudad de México.
Los despachos no intentaron imitar al inmueble localizado en Chapultepec e imprimieron su propio sello. La primera impresión es —vista en los renders— una fachada de concreto y madera que mantienen su color original.
A pesar de estar construida en un solo bloque, la obra juega con formas y alturas en el techo, lo que da un aspecto más dinámico.
“El edificio se organiza en bandas espaciales definidas por las crujías; los muros-mampara apoyados en la retícula y unidos por una cubierta en V dan toda la solución espacial y estructural. Estas bandas se desplazan en planta y sección para crear aperturas en las fachadas, entradas de luz natural tipo lucernarios y divisiones internas que permiten vistas entre los diferentes espacios y el entorno”, explica SPRB Arquitectos.
El objetivo del espacio, dice el despacho, es generar un espacio público en toda su planta baja y manifestar su actividad hacia la ciudad, por lo que en el lugar abundan grandes ventanas, para “diluir” el interior con el exterior y volver al museo parte de la comunidad.