Mientras tanto, una nueva sede del lugar está por ser inaugurada en Iztapalapa, para que los niños y niñas tengan acceso más sencillo a este tipo de lugares, que suelen concentrarse en el centro y poniente de la ciudad.
Un viaje por la arquitectura
Como un castillo de fantasía, el Papalote Museo del Niño se levanta entre el Bosque de Chapultepec, con mosaicos azules se muestra como una invitación a ser explorado por los menores.
Antes de convertirse en un lugar infantil era una fábrica de vidrio que fue recuperada y transformada en un lugar 100% interactivo. Legorreta Arquitectos ha descrito al proyecto como un gran reto ya que debería estimular la mente de los más pequeños de la familia.
“El museo tenía que estar hecho de formas, colores y materiales fáciles de comprender, que estimularan la imaginación y las fantasías de los niños. La geometría básica, una esfera y formas triangulares, son fácilmente identificadas desde lejos, y resultan familiares para los niños”, descubre el despacho.
Desde la fachada el contraste de colores vibrante se hace presente y no cesa en el interior, al contrario, se conjugan con distintos tipos de iluminación, alturas y tamaños, para permitir a los niños explorar y hacer sus propios recorridos.