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#ObrasInsignia: de dependencia de gobierno a guardería y Museo Nacional

El MUNAL, el recinto que alberga las exposiciones más importantes del país, es en sí mismo una de las piezas culturales con mayor relevancia en la historia de México.
vie 28 abril 2023 03:34 PM
Escaleras del MUNAL
El edificio que resguarda al MUNAL tiene más de un siglo de historia.

La Plaza Manuel Tolsá es diariamente transitada por centenares de personas. Es el nodo de una serie de sitios culturales tan populares como importantes para el país como El Museo Nacional (MUNAL) y el Palacio de Minería, además de estar entre restaurantes emblemáticos del Centro Histórico de la Ciudad de México como Los Girasoles y El Cardenal. Este 26 de abril hubo una atípica multitud parada por horas sobre la plancha.

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La inauguración de la exposición Monet, Luces del Impresionismo , dio cita a miles de personas que, pacientes, hicieron fila frente a la fachada del museo. Tanta fue la cantidad de personas que se presentaron al primer día de la muestra, que rodearon el recinto en espera de poder echar un vistazo a las obras del artista francés.

Para que el sinfín de espectadores pudieran pasear tranquilos en los pasillos del edificio, que tiene más de un siglo de haberse construido y que es una obra de arte en sí misma, hay un equipo que hace malabares todos los días para arreglar goteras, humedades, dejar los baños en óptimas condiciones y permitir demostrar la magnificencia del edificio, así como a las piezas provenientes de todas partes del mundo. Porque, a pesar de ser una obra excepcional respecto a diseño, ingeniería y materiales usados, el tiempo no pasa en vano y sus más de 100 años en pie se perciben en sus muros.

La importancia del lugar es tanta como las obras que alberga. El Museo Nacional no sería lo que es, si no fuera por el palacio que resguarda las obras. El edificio, incluso, es motivo de visita de muchas personas que deciden entrar en él y explorar sus imponentes escaleras o las pinturas que hay en los techos.

Museo Nacional
El Museo Nacional es una obra de arte en sí misma.

“Lo mismo tenemos que atender la envergadura de una exposición que tenga una buena museografía, que sea accesible y dinámica, pero también debemos cuidar el inmueble. Sin el inmueble no somos museo, somos un resguardo de obras. El inmobiliaria hace al museo, le da sentido y discurso”, dice Héctor Palhares Meza, nuevo director del recinto (cuando aún era curador en jefe).

Por lo que todos los días hay labores que ocupan y misiones a resolver. La actual es, por ejemplo, que se vuelva a habilitar el patio de los leones, en el corazón del edificio, para poder tener eventos culturales y que incluso permitan obtener fondos para mantener el recinto.

“El edificio es un cuerpo, una entidad viva, orgánica, que está hecha de piedra, de madera, de vidrio. Todos los materiales reaccionan. Como nosotros tenemos que ponernos crema, ir al médico, con el edificio pasa igual, pero ¿qué sucede? Que es carísimo”, cuenta Héctor Palhares Meza. Y sobre todo en un edificio como el museo, en donde todo es detalle y lujo. Un palacio, en todo el sentido de la palabra.

MUNAL
El MUNAL alberga exposiciones que van desde la época virreinal hasta expresiones contemporáneas.

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Desde la fachada llama la atención. Una cara con ventanales grandes enmarcados por madera que parece estar bien pulida, y remates ornamentales que hacen que el edificio tienda a un estilo ecléctico. La vista de la entrada es interrumpida (o adornada) por la Torre del Caballito que también se ha convertido en un referente del centro de la Ciudad de México.

Al interior, los elementos decorativos son tantos que no se alcanzan a descubrir. Incluso Héctor Palhares cuenta que, a pesar de haber recorrido el inmueble por años, aún tiene descubrimientos diarios sobre lo que complementa el museo: pinturas en el techo y en los muros, capiteles de pilastras en donde abundan los símbolos que refieren tanto a los transportes por haber albergado a la Secretaría de Comunicaciones, como a la masonería, firma de sus autores italianos, hasta picaportes con figuras también que hacen referencia a México como nación.

Munal
El MUNAL fue construido por Porfirio Díaz, por lo que mantiene un estilo neoclásico, cercano al ecléctico.

La historia del MUNAL

La zona en donde está el Museo Nacional ha sido parte no sólo de la historia de la cultura del país, sino de su conformación como uno, cuenta Héctor Palhares Meza.

En el periodo posclásico, formaba parte de los canales que se alimentaban de agua de Texcoco, y después, durante el virreinato, se conviritió en el eje de arranque a la calzada de Tacuba, en donde Cortés y Pedro de Alvarado vivieron momentos que marcaron el rumbo de la historia. El lugar comenzó a ser ocupado como edificio cuando se conformó el colegio de la Compañía de Jesús, hasta que en 1767 se llevó a cabo la expulsión de los jesuitas y en el edificio se conformó el Hospital de San Andrés, que existió hasta fines del Siglo XX.

“El hospital llegó a tener un momento coyuntural muy crítico. Cuando fusilaron a Maximiliano de Habsburgo en Querétaro, se embalsamó el cadáver mal, por lo que vino a que se le hiciera un segundo en la Capilla de San Andrés. Ahí lo conoció Juárez, pidió estar a solas con su cuerpo media hora y se dio cuenta de que la gente le traía flores y velas, por lo que Juárez pidió que se demoliera la capilla, para evitar cualquier ímpetu conservador”, dice Héctor Palhares.

MUNAL
El MUNAL busca ampliar su oferta de exposiciones para atraer al público joven y mantenerse vigente.

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Todo el inmueble fue tirado por completo por Porfirio Díaz y en el sitio se decidió construir el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas. La obra se hizo a lo grande, sin escatimar en gastos. De hecho, se calcula que el presupuesto se rebasó en 13,000% a lo asignado originalmente, ya que el entonces presidente se preparaba para las fiestas del centenario de la independencia, a las que llegarían personas de todo el mundo.

Para la construcción se usó un estilo modernista europeo, en un diseño hecho por Silvio Contri, arquitecto de origen italiano que innovó al usar un emparrillado de metal que aguantara toneladas de cantera y concreto en un área de 22,000 metros cuadrados. Además, la familia Coppede, de origen florentino, hizo todo el mobiliario con acabados de ultra lujo, así como detalles en las paredes y pinturas.

A pesar de la opulencia plasmada con orgullo por Díaz, la inauguración del recinto la realizó Francisco I. Madero, cuando el anteriori presidente ya había huido a Francia. El lugar fungió como sede de Comunicaciones y Obras Pública, hasta que en 1954 se mudó a Centro SCOP, en la colonia Narvarte, por lo que el recinto pasó a resguardar el Archivo General de la Nación, pero en 1973 este se mudó a Lecumberri. Entonces, el lugar no tuvo ninguna función fija.

“Había desde guarderías, misceláneas, estéticas. Arriba incluso había albercas para niños. Esto implicó problemas severos de conservación: techos en mal estado, madera podrida, y demás”, puntualiza Héctor Palharez Meza. Fue hasta el gobierno de José López Portillo que se crea el proyecto para crear el Museo Nacional de Arte.

MUNAL
El MUNAL ha sido también sede del Archivo General de la Nación.

La relevancia del MUNAL se da en varios flancos: por el edificio, por su historia, por las obras que alberga y por su papel en la cultura del país. Forma parte de una red de 18 museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) que se encuentra en un lugar clave geográficamente, por estar en sintonía con el Palacio de Bellas Artes y el Franz Mayer, pero además por su carácter nacional tiene paridad con el de Antropología y el del Castillo de Chapultepec, dice el director del museo.

En la actualidad, este papel lo hace albergar más de 9,000 piezas de arte virreinal de los siglos XVI al XIX, así como obras de personajes como Siqueiros, Diego Rivera, María Izquierdo, entre otros. Pero también, en los últimos años se ha llevado a cabo una curaduría transversal, que ha permitido unir a artistas contemporáneos y otro tipo de propuestas, más enfocadas en un público joven, para seguir atrayendo al público y mantener vivo al museo, en todos los sentidos.

Esto implica esfuerzos no sólo de organización, sino de cuidado con el recinto. Ya que meter una cabeza de Jaume Plensa, de más de ocho metros de alto, expuesta en el patio del museo en 2019, requirió tener minucioso cuidado en no dañar el inmueble, por ejemplo.

Horarios y precios para asistir

En el caso de la exposición que trae pinturas de Monet y que estará hasta el 27 de agosto, en un horario de 10 a 18 horas (último acceso a las 17:30) de martes a domingo, se requirieron arduas negociaciones y una organización amplia para que no sólo se pudieran disfrutar las obras en solitario, sino que fueran parte de una explicación que conjuntar a la corriente francesa con la mexicana.

La admisión general es de 85 pesos por persona, pero menores de 13 años, personas con discapacidad, estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial vigente entran gratis. El domingo la entrada es sin costo para todo el público.

Si quieres tomar fotos (sin flash y sin tripié) el permiso cuesta cinco pesos y 30 pesos para video.

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