Diseño, la carta fuerte del JW Marriott para competir con Airbnb

Una de las cartas fuertes de JW Marriott Polanco, uno de estos alojamientos, para atraer a nuevos tipos de turistas y ampliar su atractivo también a visitantes locales es el diseño. Desde 2020 comenzaron una transformación total en el interiorismo del hotel, de la mano del despacho Sordo Madaleno, encargado del diseño original del edificio.

Uno de los puntos principales y que podría pasar desapercibido se encuentra en la fachada, ya que al nombre “JW Marriott”, impreso de manera discreta en el muro principal del alojamiento, se le agregó la palabra “Polanco”. Este cambio sutil impregna el resto de la transformación, ya que el diseño se ideó pensando en lo local, para que la emblemática colonia se viva también dentro del hotel, haciendo así a esta sede única en el mundo y dándole a los nuevos viajeros la experiencia que buscan: vivir México.

“Las necesidades del viajero van cambiando con el tiempo y el diseño tiene que ir más allá para ello, tiene que pensarse en lo que te hace sentir y en lo funcional. Por ejemplo, antes el viajero tal vez no requería de muchos sitios de conexión para sus dispositivos y si estaban en el bar no pensaba ni remotamente en abrir su laptop, pero ahora sí”, dice Daniela Gonzalez, directora de Ventas y Mercadotecnia del hotel.

Con este tipo de cambios, buscan mantenerse vigentes ante un mercado cada vez más competitivo, con la presencia de alojamientos de corta estancia cuyo estandarte es justo dar experiencias de locales.

“Definitivamente cualquier negocio que brinde la posibilidad de quedarte forma parte de este incremento de oferta. Y va a depender del gusto de tu viaje y los servicios que buscas. Un hotel ofrece diferentes cosas que otro tipo de alojamiento, pero al final estas opciones también nos hacen mejores porque el viajero tiene más opciones y eso hace que nos renovamos constantemente para que nos sigan considerando”, agrega la directiva de JW Marriott Polanco.

Polanco dentro del JW Marriott

La primera estrategia en diseño para renovar la experiencia del hotel fue impregnar de Polanco al interior, pero no sólo el presente, sino también la historia. Sordo Madaleno lo hizo a través de referencias poco obvias a la zona, a pesar de estar en todas partes.

En la entrada, el pasillo que conecta a las avenidas Campos Elíseos, se colocaron cuerpos de agua mezclados con vegetación que hacen referencia al ahora inexistente Río Polanco y a la flora que se encuentra en la colonia. Ambos elementos se trasladaron también a los acabados y texturas con mármoles veteados para dar la apariencia del movimiento del agua.

Esto se combina con elementos de gran carácter como la herrería, que alude a las actividades ferroviarias que aún se mantienen en la zona y que se mantienen en las partes altas y en los pilares del lugar, por lo que el elemento de confort y ligereza no se pierde en el tránsito por este pasillo.

El portal también tiene como objetivo convertirse en parte de la vida social de Polanco, tanto para los huéspedes como para otros visitantes. Claudia Lorena Espinosa, arquitecta del despacho, explica que la zona se convertirá en un pasaje culinario en donde se concentra la oferta culinaria del JW Marriott, además del bar Estación 29.

“Lo que buscamos en este espacio es que tenga mucha vida, que la gente interactúe, que venga aquí a tomarse una copa, un café, que platique, que tenga esa vibra de la naturaleza de Polanco”, agrega Rodolfo Mercado, gerente de Comunicación y Marketing.

Esa “vibra”, como la define, es descrita por Claudia Lorena Espinosa como algo cambiante. Todos los días hay una vida diferente en Polanco. De lunes a viernes, lleno de oficinistas y trabajadores que se encuentran a la hora de la comida o en la salida en los parques de la colonia, mientras que por las noches y fines de semana los restaurantes y bares se abarrotan, al mismo tiempo que las familias juegan con los menores en las grandes fuentes.

El interior de los espacios gastronómicos también cambió y cada uno con su propia identidad. En el bar se buscó dar confort a los huéspedes, pero también a la comunidad nacional. El lugar está inspirado en la experiencia de viajar en tren, en donde hay contacto con personas extrañas y conocidas, y que resulta ser una actividad que se realiza cuando se hace turismo.

Esto se alcanza con mobiliario de aspecto lujoso, pero que se asemeja a los sillones similares a los gabinetes de trenes, y con colores cálidos que se reflejan en muros metalizados. La zona tiene muros abiertos, acristalados, para continuar con la idea de que los huéspedes puedan continuar viviendo la experiencia de estar en la Ciudad de México, aún dentro del hotel.

Con esta idea, los tres restaurantes del lugar tienen terrazas. Uno de ellos es Sendero Polanco, que también fue renovado. El total de su mobiliario es de origen mexicano, pero se desplega del tradicional folklore que es referente en el extranjero y busca más la sobriedad para hacer este espacio diverso.

El diseño se refugia en materiales naturales, como madera y textiles, en tonos monocromáticos que dejan el protagonismo a un mural del artista Cedro, que representa a un hombre que trabaja con la tierra y que está elaborado en tonos rojizos.

Las habitaciones también evolucionaron y buscaron dar un aspecto lujoso, pero no opulento, describe Rodolfo Mercado. Esto para que el huésped y su comodidad sean los protagonistas en su estancia.

Las entrañas del JW Marriott Polanco también se transformaron para atender a los nuevos viajeros. Primero, buscaron la sustentabilidad renovando sus sistemas de ventilación y gasto de agua, pero también dotando de mejor conectividad Wi-Fi para los ya conocidos nómadas digitales.