Los grandes arquitectos mexicanos no han limitado sus obras a los adultos. También las infancias han sido objetivo de sus diseños, lo que ha dado como resultado grandes recintos museísticos que no sólo son divertidos e interactivos, sino que se han convertido en un referente en la disciplina.
4 museos mexicanos para infancias diseñados por grandes arquitectos mexicanos
Ricardo Legorreta, Mario Schjetnan, Mendoza Partida, SPRBV, BAX, e Iñaki Echeverría son algunos de los autores y oficinas que han participado en estos proyectos.
Papalote Museo del Niño - CDMX - Ricardo Legorreta
Fue construido en 1993 por Ricardo Legorreta, uno de los arquitectos mexicanos más reconocidos del mundo y uno de los principales exponentes del modernismo mexicano.
El despacho, que tuvo continuidad bajo el mando de Víctor Legorreta, su hijo, definen a la obra como complicada y sencilla a la vez. “Había una necesidad de invitar e inspirar a los niños en el arte y en el aprendizaje, porque pueden ser muy fácilmente intimidados por el tamaño y el volumen de un museo convencional. Es por ello que el museo tenía que estar hecho de formas, colores y materiales fáciles de comprender”, describen.
El inmueble entero se compone de geometría básica y colores primarios que contrastan, para dar mayor estímulo a las infancias. A lo lejos, el edificio parece estar formado por bloques plásticos en forma de triángulos y esferas que brillan, pero por estar tapizados con azulejos que reflejan la luz del sol, el cuál fue elegido también por el poco mantenimiento que requiere.
“El Museo del Niño es un edificio completamente humano y alegre, un símbolo dramático del amor de un país hacia sus niños, un testamento visual de la posesión más preciada de los mexicanos: sus niños”, dice el despacho Legorreta.
Museo Yancuic - CDMX - Mendoza Partida, SPRBV y BAX
Fue planeado para ser el nuevo Papalote Museo del Niño, por lo que bajo estos términos, en 2015 se realizó un concurso de arquitectura para elegir a quienes diseñaróian el recinto. El jurado estuvo integrado por figuras como Fernanda Canales, Benjamón Romano, Dolores Beistegui, Miquel Adriá, Mauricio Amodio y Víctor Legorreta.
Luego de que Mendoza Partida, SPRBV y BAX fueran elegidos, la obra dio inicio dos años más tarde, pero con la llegada de la ex Jefa de gobierno Claudia Sheinbaum el proyecto se frenó y se realizó un cambio a la marca, con la que se convirtió en el Museo Infantil y Juvenil Yancuic.
La obra continuó de lleno después de la pandemia y se inauguró en febrero de 2024. Mide 20,000 metros cuadrados, con una estructura de concreto, pero que a pesar de su peso visual busca borrar las fronteras entre el interior y exterior para crear lazos con la comunidad.
Papalote Museo del Niño - Nuevo León - Iñaki Echeverría
Iñaki Echeverría, el arquitecto que actualmente se encuentra a cargo del Lago de Texcoco, fue el encargado de hacer el Papalote Museo del Niño que además de ser llamativo por su contenido lo es por la edificación, ya que fue construido 16 metros bajo la tierra en el Parque Fundidora.
La construcción consistió en el rescate de dos naves existentes de 1,560 metros cuadrados y una nueva área de 8,256 metros cuadrados, en donde se encuentran salas de exposición, un jardín de servicios ambientales y una pantalla IMAX.
El inmueble tenía como objetivo ser sustentable, por lo que Cemex participó con el suministro de 3,000 metros cúbicos de productos para cimentación y estructuras con pocas emisiones de carbono durante su producción.
A diferencia de los museos tradicionales en donde los recorridos están delimitados, al ser pensado en un espacio para niños el flujo de los visitantes es flexible y orgánico, para permitir explorar el recinto de manera libre.
A pesar de estar bajo suelo, el espacio privilegia la luz natural desde cubiertas de cristal en el techo y muros que dan al exterior, lo que reduce al máximo el uso de energía, parte de las medidas de cuidado al medioambiente implementadas.
Acertijo, Museo Interactivo - Durango - Mario Schjetnan
El arquitecto, a través de su despacho Grupo de Desarrollo Urbano (GDU), tuvo dos retos: ser un espacio interactivo enfocado en los niños y mantener una buena temperatura en su interior sin abusar del uso de aire acondicionado o afectar la entrada de luz natural. Esto, debido a que en la región se llega a temperaturas de hasta 40 grados.
La solución fue abordar un diseño bioclimático a base de grandes volados que protegen de la radiación, “pero que permite la entrada de luz natural. Los materiales para cubierta y muros con propiedades de aislamiento térmico, a fin de evitar la entrada de calor y la salida de la climatización interior”, describe la oficina.
Como parte del diseño, también propusieron una estructura ligera y transparente para que el edificio dialogue con el Parque La Esperanza, un proyecto también desarrollado por el despacho.