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La Ruta de la Amistad: el legado artístico y urbano de México 68

En los Juegos Olímpicos de México 1968 se creó una ruta de esculturas que aún existe en el sur de la ciudad.
mar 06 agosto 2024 11:21 AM
ruta de la amistad
Algunas esculturas de la Ruta de la Amistad buscan ser rescatadas.

Cuando pensamos en los Juegos Olímpicos de México 1968, es común que vengan a la mente las imágenes de los atletas en el podio con el puño en alto o las protestas sociales que hubo en la Ciudad de México.

Pero también se llevó a cabo una iniciativa que dejó un legado que aún existe: la Ruta de la Amistad, un corredor escultórico que transformó el paisaje urbano de la capital mexicana.

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Fue concebida como parte de la Olimpiada Cultural, un concepto introducido por México en 1968 que buscaba integrar el arte y la cultura con el deporte olímpico. Este proyecto urbanístico y artístico se extendió a lo largo de 17 kilómetros del Periférico Sur, con la idea de conectar diversos escenarios olímpicos y dejar una huella permanente en la ciudad, de acuerdo al libro México 68: Olimpiada Cultural.

El concepto fue ideado por el artista Mathias Goeritz, con el apoyo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos. La visión era crear un corredor escultórico que no solo embelleciera la ciudad, sino que también sirviera como un símbolo de “hermandad internacional” y un puente entre el arte moderno y el público en general.

La ruta constaba originalmente de 19 esculturas monumentales, cada una creada por un artista de diferente nacionalidad. Las obras, hechas en concreto, variaban en altura desde los siete hasta los 22 metros.

Los artistas participantes provenían de los cinco continentes, incluyendo países como Australia, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Israel, Holanda, Hungría, Japón, Marruecos, México, Polonia, Suiza y Uruguay, de acuerdo al Patronato Ruta de la Amistad.

Mapa de la primera parte de la ruta de la amistad
La Ruta de la Amistad se concentra principalmente en el sur de la CDMX.

El proceso de selección y creación de las esculturas fue riguroso. Un jurado nacional e internacional, compuesto por representantes del comité organizador, arquitectos y críticos de arte, evaluó las propuestas. Una vez seleccionadas, las maquetas fueron estudiadas por un equipo de técnicos mexicanos para asegurar su viabilidad y adecuación al entorno.

La ubicación de la Ruta no fue casual. Se eligió un tramo del Periférico Sur que atravesaba un valle de piedra volcánica. Este paisaje único proporcionó un telón de fondo dramático para las esculturas, creando un diálogo entre el arte moderno y la naturaleza primigenia.

Entre los artistas participantes destacan figuras como Angela Gurría de México, Willi Gutmann de Suiza, Miloslav Chlupac de Checoslovaquia, y Helen Escobedo, también de México. Cada uno aportó su visión única, creando un conjunto diverso que reflejaba las tendencias del arte moderno de la época.

Además de las 19 esculturas principales, se erigieron dos obras adicionales fuera de la ruta principal. La Osa Mayor de Mathias Goeritz, compuesta por siete columnas en forma de estrellas, se instaló frente al Palacio de los Deportes. Por otro lado, Hombre corriendo, del escultor mexicano Germán Cueto, una obra de bronce de siete metros de altura, encontró su hogar en la Ciudad Universitaria.

La Ruta de la Amistad fue también un ejercicio de planificación urbana y de integración del arte con la vida cotidiana de la ciudad.

Sin embargo, el paso del tiempo y el crecimiento urbano han presentado desafíos para la preservación de este patrimonio artístico. A lo largo de los años, la rutra ha enfrentado diversas amenazas, desde la contaminación y el deterioro natural hasta la siembra de árboles alrededor de las esculturas, que en algunos casos han obstaculizado su visibilidad.

Segundo mapa de la Ruta de la Amistad
La Ruta de la Amistad es parte de la iniciativa Olimpiada Cultural.

Reconociendo la importancia de preservar este legado, se han emprendido esfuerzos de restauración y conservación. El proyecto Adopte una Obra de Arte del Patronato Ruta de la Amistad invita a instituciones privadas y públicas a participar en la restauración y mantenimiento de las esculturas, con el objetivo asegurar su permanencia para las futuras generaciones.

Esculturas de la Ruta de la Amistad:

  • Señales - Ángela Gurría - México
  • El Ancla - Willi Gutmann - Suiza
  • Las Tres Gracias - Miroslav Chlupac - Checoslovaquia
  • Sol - Kiyoshi Takahashi - Japón
  • El Sol Bípedo - Pierre Szekely - Hungría
  • Torre de los Vientos - Gonzalo Fonseca - Uruguay
  • Hombre de Paz - Constantino Nivola - Italia
  • Disco Solar - Jacques Moeschal - Bélgica
  • Rueda Mágica - Todd Williams - Estados Unidos
  • Relojes Solar - Grzegorz Kowalski - Polonia
  • México - Josep María Subirachs - España
  • Janus - Clement Meadmore - Australia
  • Muro Articulado - Herbert Bayer - Austria
  • Tertulia de gigantes - Joop J. Beljon - Países Bajos
  • Puerta de Paz - Itzhak Danziger - Israel
  • Martine - Oliver Seguin - Francia
  • Charamusca africana - Mohamed Melehi - Marruecos
  • Puertas al viento - Helen Escobedo - México
  • Sin Título - Jorge Dubon - México

Obras invitadas

  • El sol rojo - Alexander Calder - Estados Unidos
  • Hombre Corriendo - Germán Cueto - México
  • La Osa Mayor - Mathías Goeritz - México
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