Víctor Legorreta, el arquitecto que apuesta por volver a la tradición
El arquitecto ha visto en el uso de materiales naturales una oportunidad para cumplir con una de sus principales preocupaciones al diseñar: impactar lo menos posible al medio ambiente.
Víctor Legorreta tiene más de 30 años en la arquitectura. Tras el recorrido realizado en el sector a través de sus obras ha decidido volver al inicio de todo: la tradición. (MARIANA ACHACH HERROZ)
Al inicio de la carrera del arquitecto Víctor Legorreta se le pensaba como el responsable de cargar el legado de su padre, Ricardo Legorreta, uno de los principales exponentes del modernismo mexicano. Pero al pasar los años y mostrar, a través de sus proyectos, su identidad arquitectónica, la etiqueta pronto le fue desprendida y se le vio crear su propia estilo en el sector.
Hoy, con más de 30 años de carrera, sus obras se levantan en México y el mundo siempre con tres preceptos: hacer feliz a la gente, mantener la identidad mexicana y dejar en el medio ambiente el menor impacto posible. Esto último,lo ha llevado a regresar a los inicios, integrar materiales tradicionales en proyectos actuales. Algunas de sus obras más destacadas son la Torre BBVA en Reforma, el Four Seasons Tamarindo, Miyana y Otay CBX.
El despacho Legorreta, que cuenta con más de 50 profesionales, mantiene una cartera diversa de proyectos tanto en México como en el extranjero. Actualmente, trabajan en desarrollos turísticos en Los Cabos y Puerto Vallarta, así como en las nuevas oficinas de gobierno de Guanajuato en Silao. En el ámbito internacional, diseñan un edificio para la Universidad Americana en El Cairo y finalizan una universidad y un hospital en Kampala, Uganda.
Ante un portafolio tan alto surge una pregunta, ¿cómo concibe Víctor Legorreta la arquitectura? Nos lo contesta en entrevista:
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Evolución y principios de la arquitectura
¿Cómo ha cambiado la arquitectura a lo largo de su carrera? Hay una serie de principios que se han mantenido en la oficina desde hace muchos años. Estamos convencidos de hacer una arquitectura que haga felices a las personas, una arquitectura humana donde los usuarios y el cliente estén satisfechos. También nos enorgullecemos de crear una arquitectura muy mexicana, que responda a nuestras raíces. Sin embargo, las necesidades de la sociedad y las nuevas generaciones van cambiando, y debemos adaptarnos. La sustentabilidad, por ejemplo, siempre ha sido una intención en la oficina, pero en los últimos años se ha vuelto una tendencia fuertísima. Estamos evaluando qué tipo de material vamos a usar, considerando su producción, transporte, proceso en la obra y mantenimiento posterior. Por ejemplo, hemos redescubierto la cal como un material sustentable que antes se consideraba anticuado.
La Torre BBVA, uno de los rascacielos más emblemáticos de Paseo de la Reforma, es obra de Legorreta Arquitectos. (Carlos Alcocer / c13studio)
¿Qué materiales o sistemas tradicionales han vuelto a incorporar en sus proyectos recientes? Hemos redescubierto el uso de la cal como un material sustentable. Antes se veía como un material antiguo o anticuado, pero hoy estamos descubriendo que puede ser muy sustentable. Puede usarse como un cemento e incluso como un aglutinante. La pintura de cal, por ejemplo, la hemos usado en algunos centros urbanos como San Miguel de Allende, donde incluso es obligatorio pintar con cal. Nos gusta mucho cómo se ve por su aspecto mate, pero también por todas sus cualidades sustentables.
Es interesante ver cómo algunos materiales que habíamos dejado de usar por la inercia de la modernidad, ahora están volviendo. Muchas veces, la solución está en regresar a lo que se hacía antes, a la arquitectura vernácula. Los pueblos antiguos usaban estos materiales de la tierra y materiales mucho más naturales por una razón, y ahora estamos redescubriendo esas virtudes en nuestros proyectos contemporáneos.
¿Cómo mantienen la esencia mexicana en sus proyectos frente a las tendencias globales? Es cierto que existe una tendencia hacia la uniformidad debido a la globalización y el acceso a información de todo el mundo. Sin embargo, esto también ha generado una revalorización de lo local y auténtico. La gente busca experiencias que reflejen la cultura del lugar que visitan. Por ejemplo, en el proyecto del Four Seasons en Tamarindo, nos pidieron crear un hotel que fuera auténticamente mexicano, alejándose de la estandarización que solían tener.
El despacho de arquitectura busca llevar la esencia mexicana a todas sus obras. (quimichi)
¿Cómo adaptan sus diseños a diferentes entornos y culturas en proyectos internacionales? Nos gusta educarnos sobre la cultura del lugar donde vamos a construir. A veces nos asociamos con arquitectos locales para tener retroalimentación. Es interesante descubrir elementos comunes, como la influencia de la arquitectura islámica que compartimos con culturas del Medio Oriente. Sin embargo, también debemos ser respetuosos con las diferencias culturales, como el uso del color, que puede tener significados muy distintos en diferentes lugares.
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Sustentabilidad y cambio climático
¿Cómo han impactado el cambio climático y los fenómenos naturales en el diseño de sus obras? Estamos viviendo las consecuencias de no haber tenido una conciencia ecológica antes. Los fenómenos climáticos son más extremos. Esto nos obliga a diseñar considerando estos eventos y a pensar en soluciones arquitectónicas y materiales que resistan climas más extremos. Además, buscamos crear una arquitectura temporal, que perdure y sea flexible para adaptarse a cambios futuros, como los que hemos visto con la pandemia.
¿De qué manera ha impactado el cambio climático en cómo van a envejecer las obras y cómo las vemos a futuro? Estamos viviendo ya las consecuencias de no haber tenido esta conciencia ecológica desde antes y estamos enfrentando fenómenos mucho más extremos. Por ejemplo, los huracanes en Acapulco nunca llegaban con tanta fuerza. Tenemos que diseñar considerando estos eventos y pensar en soluciones arquitectónicas y materiales para climas más extremos. Incluso hay ciudades preocupadas por la subida del nivel del mar, lo que nos obliga a considerar cuidadosamente dónde construimos.
El objetivo de los espacios creados por Víctor Legorreta es hacer felices a quienes los habitan. (Foto: Cortesía Legorreta)
¿Cómo se adaptan en términos sustentables a distintos entornos, como playas, ciudades o bosques? Es un reto apasionante porque cada obra es diferente. Una de las ventajas actuales son los programas de computación que nos permiten simular o casi construir virtualmente el edificio antes de construirlo. Podemos ver cómo le afecta el sol, el viento, y corregir errores antes de la construcción. También estamos implementando guías para escoger materiales, evaluando desde su producción hasta su envejecimiento, considerando las diferencias entre, por ejemplo, un proyecto en la playa y uno en el desierto.
¿La sustentabilidad ha repercutido en el diseño, la apariencia y la estética de las obras? Sí, definitivamente ha impactado, pero lo vemos como una oportunidad de diseño más que como una limitación. Nos impulsa a ser más creativos y a repensar cómo hacemos arquitectura. Por ejemplo, el uso de materiales locales y tradicionales como la cal no solo es más sustentable, sino que también nos permite crear una estética que se conecta con la identidad local. Estamos diseñando edificios que responden mejor al clima, con más espacios abiertos y sistemas pasivos de ventilación, lo que influye directamente en su apariencia.
Además, buscamos crear una arquitectura que perdure en el tiempo, que no se vea anticuada en pocos años. Esto implica diseñar espacios flexibles que puedan adaptarse a cambios futuros, como hemos visto con la pandemia y el teletrabajo. La sustentabilidad nos está llevando a una arquitectura más honesta con su entorno y más respetuosa con el medio ambiente, lo que se refleja en su estética.
Miyana es uno de los proyectos más reconocidos y recientes del despacho de arquitectura de Víctor Legorreta.(Foto: Cortesía GGI)
¿Cómo manejan el proceso de adaptación en sistemas constructivos y sustentables al pasar de proyectos pequeños a grandes desarrollos? Es un proceso que requiere flexibilidad y una visión integral. Aplicamos principios similares en diferentes escalas, pero adaptándolos a las necesidades específicas de cada proyecto. Por ejemplo, en un desarrollo grande como Tamarindo, consideramos el impacto ambiental a largo plazo y cómo el proyecto puede evolucionar con el tiempo. Utilizamos tecnologías de simulación para prever cómo funcionará el desarrollo en diferentes escenarios climáticos y de uso.
