Espacios post-pandemia echan raíces, pero otros se olvidan
A cinco años del confinamiento sanitario, la permanencia de las transformaciones arquitectónicas ya son palpables. Espacios flexibles, abiertos y sustentables se han abierto camino.
A cinco años del inicio del confinamiento en México, los espacios que habitamos experimentaron transformaciones, algunas de las cuales persisten mientras otras quedaron en el olvido.
El 11 de marzo de 2020 marcó el comienzo de un período que redefinió la relación con los entornos físicos. Hoy, profesionales de la arquitectura y el interiorismo evalúan qué cambios se consolidaron y cuáles fueron solo respuestas temporales a una crisis sin precedentes.
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Lo que se quedó
Espacios multifuncionales en el hogar
La pandemia obligó a que las viviendas asumieran múltiples funciones simultáneamente, por lo que, de acuerdo con Bernardo Dolores, presidente del Consejo Iberoamericano de Diseñadores de Interiores (CIDI), la creatividad se dejó notar al encontrar la manera de que un mueble de televisión se convirtiera en un espacio de oficina, por ejemplo.
Los hogares se convirtieron en vivienda, escuelas, gimnasios y oficina al mismo tiempo.(alvarez/Getty Images)
"El covid-19 nos llevó a impactos en nuestra forma de vivir; lo que antes era simplemente un lugar donde descansábamos se convirtió en oficinas, escuelas, gimnasio, hasta centros de entretenimiento", de acuerdo con Gerardo Márquez, vicepresidente de Asuntos Urbanos del Colegio de Arquitectos (CAM-SAM).
Esta transformación fue particularmente desafiante si se consideran las dimensiones de los espacios residenciales en México. De acuerdo con datos de DD360 de febrero de 2024, en la Ciudad de México el 25% de los departamentos en venta miden menos de 75 metros cuadrados y, en el caso de renta, el 25% miden menos de 64 metros cuadrados.
Espacios multifuncionales tras la pandemia.(onurdongel/Getty Images)
Mobiliario flexible
La optimización de espacios reducidos impulsó la popularidad del mobiliario versátil. El especialista describe cómo las áreas de entretenimiento se transforman fácilmente en espacios de trabajo, mediante soluciones prácticas como barras plegables que se ocultan en la pared cuando no se utilizan.
El confinamiento concientizó a las personas sobre el tamaño de las viviendas y su "poca habitabilidad". (ppa5/Getty Images/iStockphoto)
Esquemas híbridos de trabajo
El trabajo completamente remoto no se consolidó como se preveía, pero los modelos híbridos llegaron para quedarse.
"El 90% de las empresas están en forma híbrida, el 8% en presencialidad total y apenas el 2% en full home office”, de acuerdo a Arturo Buñuelos, director general de Servicios de Proyectos y Desarrollo en JLL Latinoamérica.
Esta nueva realidad transformó de forma permanente los espacios de oficina y eliminó en gran medida los lugares fijos de trabajo.
El especialista de la CAM-SAM explica que en la actualidad hay cada vez más espacios en donde los colaboradores reservan espacios según sus necesidades diarias y utilizan lockers para sus pertenencias, optimizando la ocupación de los edificios corporativos.
Las oficinas se volvieron espacios más flexibles en donde se valoró más la luz natural y ventilación.(Foto: Luis_lemus/spAce)
Valoración de espacios exteriores
Las terrazas y balcones, antes elementos secundarios, adquirieron protagonismo durante el confinamiento y mantienen su relevancia.
Arturo Bañuelos señala que estos espacios "cobraron nueva vida" y ahora funcionan como extensiones laborales y recreativas del hogar.
Esta revalorización se refleja en las amenidades más destacadas por los anunciantes de propiedades. Según datos de DD360, en la colonia Roma Norte las terrazas aparecen entre las tres características más promocionadas en propiedades en venta, junto a seguridad y elevador.
Espacios abiertos dentro de hogares y centros de trabajo tomaron relevancia.(FG Trade Latin/Getty Images)
Compromiso con la sustentabilidad
La preocupación por entornos saludables impulsó prácticas sustentables, especialmente relacionadas con la calidad del aire.
"Más del 90% de las empresas piden que las oficinas sean sustentables", aunque no todas buscan certificaciones formales como LEED, dice el especialista de JLL.
Empresas como JLL, administradora de edificios, establecieron metas ambiciosas: alcanzar el estándar "net zero" en el 50% de sus oficinas y las de sus clientes para 2030 y el 95% para 2040, integrando la sustentabilidad como elemento estratégico en el diseño y operación de espacios.
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Edificios de usos mixtos
La incertidumbre provocada por la pandemia aceleró el desarrollo de proyectos más adaptables.
Los nuevos edificios se diseñan con la flexibilidad para ajustarse a diferentes usos según la demanda del mercado, lo que permite convertir espacios de oficinas en residenciales o viceversa sin modificaciones estructurales costosas, de acuerdo con Bañuelos.
Esta tendencia representa una respuesta estratégica del sector inmobiliario ante posibles disrupciones futuras, que maximiza el potencial de adaptación de las inversiones a largo plazo.
Condominios con espacios de trabajo u oficinas con centros de consumo son cada vez más comunes a partir de la pandemia.(Svitlana Hulko/Getty Images/iStockphoto)
Lo que no se quedó
El teletrabajo total
La predicción de que el trabajo presencial desaparecería resultó errada. La tendencia actual muestra un claro regreso a las oficinas, aunque bajo modelos más flexibles que los existentes antes de la pandemia.
Los expertos señalan que la interacción presencial es fundamental para la creatividad y la identidad corporativa.
Arturo Bañuelos enfatiza que "las mejores ideas se generan en encuentros casuales, en la oficina, en algún café", dinámicas difíciles de replicar en entornos virtuales.
Juan Carlos Baumgartner, experto en neurociencia. comenta que, no obstante, la conformación de la oficina como un espacio social a veces es superficial, pues debería predominar la personalización de acuerdo a las necesidades de los trabajadores.
El teletrabajo total se convirtió sólo en un mito, ya que las personas han vuelto a oficinas en esquemas híbridos. (Kosamtu/Getty Images)
"Creo que una de las consecuencias de la pandemia es que ya no hay fórmulas sencillas para aplicar a todo mundo. Antes de la pandemia podías seguir unas reglas, cómo hacer una oficina y te salía una oficina medianamente decente. Pero hoy, quien no haga un traje a la medida, se va a volver cada vez más obsoleto”, explicó.
La fiebre del coworking
Los espacios de coworking, que parecían destinados a revolucionar el mercado inmobiliario corporativo, no alcanzaron el protagonismo anticipado. Aunque todavía operan, la euforia inicial se disipó considerablemente.
La realidad es que las empresas vuelven a contratar sus propios espacios, aunque optimizados para las nuevas dinámicas laborales. La búsqueda de identidad corporativa y sentido de pertenencia impulsó este retorno a espacios propios en lugar de compartidos.
La personalización de espacios de oficina es la estrategia efectiva para conocer las necesidades de las empresas de acuerdo a la flexibilidad de los horarios de trabajo. (Foto: Luis_lemus, spAce)
Medidas sanitarias extremas
Las estrictas medidas de sanitización implementadas durante la pandemia han desaparecido casi por completo. Elementos como arcos sanitizantes y protocolos rigurosos de lavado de manos a la entrada de establecimientos ya no forman parte del paisaje urbano, dice el experto de la CAM-SAM.
Si bien algunas prácticas de higiene permanecen a nivel personal, las modificaciones extremas en espacios públicos y comerciales se abandonaron conforme la emergencia sanitaria quedó atrás.
Ampliación física de espacios de trabajo
La idea inicial de ampliar las estaciones de trabajo y aumentar la distancia entre colaboradores no se materializó a largo plazo.
Arturo Bañuelos recuerda que inicialmente "se estaban haciendo estaciones de trabajo más separadas, con mamparas altas, incluso algunos llegaron a instalar acrílicos", pero estas modificaciones resultaron temporales.
Cambios como mamparas entre lugares no permanecieron.(SeventyFour/Getty Images)
Los expertos indican que fueron las propias empresas las que escucharon recomendaciones de no tomar decisiones precipitadas y con ello se evitaron inversiones innecesarias en transformaciones que resultarían efímeras.
La percepción del espacio como algo secundario
La crisis sanitaria evidenció el impacto del entorno construido en el bienestar psicológico, al desmentir la idea de que el espacio físico era un elemento secundario en la vida contemporánea.
"Creo que la pandemia de alguna manera hizo muy evidente la importancia del entorno físico en el que habitas”, dice Juan Carlos Baumgartner, fundador y director del despacho Space.
Esta comprensión representa una de las lecciones más valiosas del confinamiento, reivindicando el papel de la arquitectura y el diseño en la construcción de una mejor sociedad, más allá de consideraciones puramente estéticas o funcionales.