El tipo de suelo 'hundió' los gastos de la Estela de Luz
El proyecto original de la Estela de Luz no consideró el tipo de suelo adecuado para la edificación, lo que provocó aumentos en los gastos iniciales y una alteración en la planeación original, informó la empresa III Servicios en el Libro Blanco de la construcción del monumento.
Lo anterior, debido a que la ubicación del proyecto ha registrado un hundimiento promedio de 4 centímetros por año entre 1985 y 1995, relata el documento firmado por Luis Pablo Monreal Loustaunau y Luis Enrique Arvizu Romano, director y gerente de estudios, proyectos y construcción de la compañía.
De acuerdo con la versión en línea del diario Reforma, III Servicios indicó que el estudio de mecánica de suelos que le entregó el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tenía algunas "inconsistencias", motivo por el que encargó otro análisis, el cual redefinió el proyecto y sus costos.
Con este nuevo dictamen tuvo que desembolsar más dinero. Además, la empresa Ingeniería Estructural Sismoresistente le recomendó al Fideicomiso del Bicentenario que instalara un dispositivo antisísmico de 40 toneladas en la parte superior de las ocho columnas de la torre.
Su peso es el doble del sintonizador de viento, que sí estuvo previsto en el plan de obra original.
"Los sintonizadores de viento y sismo debieron rediseñarse para una estructura más pesada y con un comportamiento distinto al originalmente previsto, modificando también el soporte de los amortiguadores de sismo, a fin de facilitar su transporte e instalación", cita el documento publicado por Reforma.
El sintonizador instalado es parecido al que implementan en torres de Shanghai y Hong Kong. De esta manera se pretende que el desplazamiento máximo de la estructura en un sismo sea de 37 centímetros y no de 78, además de que los desplazamientos por viento bajen de 80 a 15 centímetros.
Más alteraciones…
Asimismo, el documento especificó que el proyecto original contemplaba el uso de acero galvanizado y la colocación de los muros de las pilas a 29 metros de profundidad, con un diámetro de 1.3 metros y un nivel de desplante de 30 metros de profundidad.
Estos análisis indicaron que en las profundidades previstas había áreas de suelos finos y arenosos, con resistencia a la penetración.
Así, los responsables de la planeación cambiaron el acero galvanizado por inoxidable, además de que proyectaron los muros de las pilas a 38.6 metros de profundidad, con un diámetro de 1.50 metros y un nivel de desplante de las pilas de 49.2 metros de profundidad, agregó el diario.
Indicó que el proyecto original de la Estela de Luz tampoco incluyó un estudio de túnel de viento, conforme lo establece el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal, análisis que al realizarse también modificó en forma sustantiva el desarrollo de la ingeniería básica y hasta el tipo de acero inoxidable.
Al principio estaba previsto el uso de acero inoxidable UNS S32101, pero tras las recomendaciones del estructurista se optó por LDX 2101 Modificado, pues garantizaba la seguridad y el comportamiento estructural de la estructura, puntualizó la publicación.
Añadió que esto propició que en vez de usar tornillos de acero al carbón se compraran piezas de fabricación especial de acero inoxidable denominado 17-4-PH, pues aportarían más seguridad a la torre.
En este sentido, la Auditoría Superior de la Federación dio a conocer en su informe de fiscalización de la obra que el Fideicomiso y la empresa responsables del proyecto pagaron con sobreprecios de 248.8 millones de pesos (mdp) el acero y erogaciones indebidas adicionales por 150.3 mdp, lo cual se denunció ante la PGR, puntualizó el periódico.