En México 60% del territorio está expuesto a catástrofes
El sismo del 20 de marzo con epicentro en Guerrero; el huracán Bud del 15 de mayo; el tornado del 1 de junio en el Distrito Federal; y el huracán Ernesto del 1 de agosto, fueron los eventos más costosos que tuvo México en 2012, según un informe global de la Cruz Roja y la Media Luna Roja internacionales.
De acuerdo con el Informe de Desastres Naturales 2012 presentado por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), durante el año pasado ocurrieron un total de 552 catástrofes, que afectaron a 139 millones de personas a escala global.
En México se estima que 60% del territorio tiene una alta exposición a la ocurrencia de eventos catastróficos de origen hidrometeorológico y geológico, señala el informe difundido por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y que evalúa los costos de los desastres en 2012.
Aunado a ello, cada año se reportan en suelo mexicano alrededor de 90 temblores de más de cuatro grados en escala Richter y se prevé que de 2013 a 2018 estarían ocurriendo de cuatro a siete huracanes categoría cinco.
El Banco Mundial ha señalado que las pérdidas económicas por desastres naturales se han más que triplicado en las últimas tres décadas y ningún país en el mundo está inmune ante estos fenómenos, señala el comunicado de la AMIS.
En 2012, las catástrofes naturales registraron daños económicos por aproximadamente 16,000 millones de dólares (mdd) a nivel mundial, dónde el sector asegurador cubrió 41% de los costos, es decir 65,0000 mdd.
De los eventos catastróficos más perjudiciales para la población y la economía en 2012 destacan el huracán Sandy (Estados Unidos), cuyos daños económicos se calculan alrededor de los 50 mil mdd; el fenómeno más mortífero fue el tifón Bopha (Filipinas), que costó la vida de mil 901 personas; y las inundaciones, que perjudicaron al 53 por ciento de las personas afectadas en todo el mundo.
De no contar instrumentos financieros como el seguro, la economía nacional puede verse severamente afectada al cubrir las pérdidas con recursos fiscales.
Un desastre natural implica la posibilidad de perder, en cuestión de minutos u horas, el patrimonio que se posee, por lo que el estar asegurados permite recuperar, en el corto plazo, una parte considerable de las pérdidas sufridas.
